El Hospital San Juan de Dios de León ha desarrollado un proyecto para evaluar el riesgo de desnutrición en el paciente hospitalizado mayor de 65 años. «Son un colectivo que tiene un alto riesgo de padecer desnutrición», explica el responsable de Nutrición y Dietética, Pablo Rodríguez Bernal.
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No en vano, según el estudio SeDREno y en base a la muestra de 17 hospitales, uno de cada tres pacientes tenía desnutrición y probable sarcopenia (pérdida de masa muscular) al ingreso. Una realidad en aumento, asociada al envejecimiento de la población, que ha llevado a Rodríguez Bernal a tomar las riendas, consciente de que un buen estado nutricional es esencial para reducir complicaciones y mejorar los resultados clínicos, además de conseguir una recuperación temprana y eficaz.
En este sentido, el nuevo protocolo, que se pondrá en marcha en un inicio en la planta 4B, pasará por realizar un cribado dentro de las primeras 48 horas para determinar el estado nutricional de un paciente que es habitualmente pluripatológico y actuar en consecuencia: «Se ha demostrado que ciertas condiciones clínicas como la disfagia, el deterioro cognitivo, el cáncer, las enfermedades gastrointestinales, la diabetes y la insuficiencia cardíaca están relacionadas con la desnutrición».
Para detectarla y poder intervenir de manera precoz, según señala Rodríguez Bernal, en un primer momento se hará una pequeña batería de preguntas relacionadas con aspectos como la ingesta en los últimos meses, la pérdida de kilos, la actividad física y el IMC a través de la primera parte del cuestionario 'Mini-Nutritional Assessment (MNA)'. Si se observa algún riesgo, se procederá a cumplimentar el resto del cuestionario que posee ítems sobre dependencia, hábitos de consumo de alimentos y parámetros antropométricos.
«A partir de ahí se le hará un control nutricional (CONUT) para valorar criterios bioquímicos que puedan mostrar indicios de carencias nutricionales», pone de manifiesto el nutricionista del Hospital San Juan de Dios de León sin olvidar el método CHANG, «un algoritmo que permite una valoración nutricional del paciente más ajustada y objetiva» de cara a implementar las medidas necesarias (suplementación, enriquecimiento de la dieta…) en base a las características del hospitalizado. «Nos aporta datos sobre el grado y el tipo de desnutrición: energética, proteica o mixta y su severidad», según señala.
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Esta situación aumenta el nivel de dependencia de estas personas, incrementa la morbimortalidad (retraso en la consolidación de fracturas, infecciones…) y frena la recuperación de cualquier enfermedad limitando la calidad de vida y prolongando la hospitalización de las personas afectadas. De ahí la importancia de actuar.
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