Secciones
Servicios
Destacamos
Dicen que es el hombre que controla los incendios en California y si hay alguien que está cerca de cumplir esta premisa es él. Joaquín Ramírez trabaja desde León con dos aplicaciones para optimizar los recursos ante las épocas más problemáticas de incendios.
Una ayuda que no sólo puede predecir el comportamiento de cada fuego, según infinidad de variables, sino que envía información actualizada en segundos a los bomberos que se encuentran en primera línea de batalla y puede evitar desgracias como la ocurrida en un incendio forestal en Yarnell, al noreste de Phoenix, donde un cambio del viento provocó la muerte de 19 bomberos en una de las mayores tragedias de la historia.
Fireresponse y Wildfire son las dos aplicaciones creadas en León por Tecnosylva que controlan múltiples variables que influyen en el desarrollo y las consecuencias de un fuego, pero la predicción se trabaja día a día simulando incendios a cada hora para estar prevenidos sobre las posibles evoluciones. Con la aplicación el equipo crea infinidad de incendios en todo el territorio y con las variables que estudian simulan la fuerza que tendrá según la hora del día y la duración del fuego. «Si yo tengo una predicción para tres o cuatro días no puedo saber donde habrá un incendio, sólo conozco la situación del terreno y la meteorología», explica Ramírez a leonoticias, mientras simula un rayo caído en una parte del inmenso estado de California.
Noticia Relacionada
«Para estar preparados simulamos los incendios a cada hora», asegura. Y no es uno o dos, sino que la aplicación crea fuegos en cada kilómetro y cada hora del día, lo que supone un resultado de 340 millones de simulaciones en 24 horas.
Gracias a Wildfire en unos segundo se puede comprobar la peligrosidad de que se produzca un incendio en cualquier parte del estado y las consecuencias que tendrá, tanto en superficie como en vidas humanas. El incendio que simula para leonoticias tiene un peligro 1 para ocho horas, pero al cambiar sólo la humedad del terreno, el fuego se convierte en una alerta cuatro.
Esta aplicación no sólo es de gran utilidad para saber cuál será el comportamiento de cada fuego, sino para saber donde enviar los refuerzos. «Un día normal pueden llegar 200 llamadas que hay que comprobar y luego hay que decidir». En este punto es donde el trabajo se complica, una persona con experiencia y conocimientos en la materia tardaría mucho en tomar la decisión de cual de los incendios necesita más refuerzos y podría equivocarse. Gracias a Wildfire se puede conocer en segundos que incendios causarán más problemas, cuáles afectarán a personas y que número de ellas correrá peligro y lo más importante, si en las próximas horas los fuegos pueden sufrir un cambio de tendencia.
Tecnosylsa se instaló en el parque tecnológico de León en 2008 y tras mucho trabajo, en 2010 Joaquín Ramírez comenzó su aventura en Estados Unidos. «Me invitó la Universidad de San Diego y empecé a evaluar el mercado», asegura Ramírez. Tardó tres años más en volver y en esa ocasión lo hizo para quedarse.
El gobernador de California explicó el problema con los incendios y «presentó una especie de concurso para encontrar la solución a sus problemas». En Silicon Valley donde las mejores startups y las mejores universidades del mundo se pusieron a trabajar. «Querían ideas de cómo solucionar el problema de los incendios», recuerda Joaquín. Allí se presentó Tecnosylva sin dudarlo y de 130 propuestas, entre las que se encontraban las presentadas por Google o Microsoft, seleccionaron la que llevaba sello leonés.
Un sistema que empezaron a desarrollar en León en 2009, que no fue valorado como merecía en Castilla y León y que ahora es la estrella contra los incendios en California.
La UME, Andalucía, Castilla La Mancha, Extremadura o Valencia son algunas de las comunidades en las que el sistema de Tecnosylva ya funcionaba y ayudaba en los incendios. «Cuando presentamos Wildfire, en la tercera reunión me dijeron: '¿cuánto cuesta? Lo queremos'», recuerda Joaquín asegurando que en aquel momento «no me podía ni imaginar que la tecnología que estábamos haciendo en León iba a ser útil en el mayor centro más problemático de incendios del mundo».
Unos días antes de esa primera reunión, Joaquín estaba en Valladolid, esperando a que el jefe de incendio de Castilla y León le recibiera. «Estuve cuatro horas esperando y no me recibió», recuerda con naturalidad y sin ningún tipo de rencor. «Si me hubiera quedado allí no podría haber aumentado la plantilla hasta los 40 trabajadores ni pagarles lo que les pago», finaliza.
«Cuando llega una alarma hacemos una predicción en 20 segundos de lo que va a pasar en 8 horas», asegura Ramírez mientras continúa mostrando todas las estadísticas de trabajos realizados que se suman a un estudio de cómo ha vivido los últimos días California. Las previsiones no son la única ayuda que ofrece ya que con la misma aplicación Joaquín alerta en unos segundos a los bomberos que trabajan en la zona sobre la evolución y los posibles cambios en el fuego.
Joaquín Ramírez vive en California, pero su equipo sigue trabajando desde la sede en León. Cuando explica cómo se predicen los incendios lo hace con algo 'muy español' y recurre a una paella. «Esto funciona igual que una paella, hay muchas variables y hay que integrarlas todas para dar una información», asegura entre risas.
Con un tono más serio, asegura que «hay tanta información que te puede anular», y es que para actuar correctamente en un fuego «hay 50 páginas de información y yo tengo que responder al operativo en 10 minutos». Y vaya si lo hace, pero en 20 segundos.
Para que un incendio se desarrolle con velocidad y se extienda por el terreno tiene que haber una serie de condiciones que lo propicien. Esas variables son estudiadas e insertadas en la aplicación que las conjuga todas para dar una respuesta desde Tecnosylva.
«Tiene que haber combustible, que es como nosotros llamamos a la vegetación», explica Joaquín Ramírez. Por ello, se necesita saber que tipo de vegetación hay en cada zona, ya que «no arde lo mismo una que otra». Para ello cuentan con mapas de la vegetación muy precisos. «Luego esa misma vegetación no es lo mismo si estamos en primavera que esta verde o en otoño que esta seca, para eso usamos satélites que nos dan el contenido de humedad». Y este factor también se suma a la ecuación, pero no queda ahí el estudio.
«Luego está el terreno, no es lo mismo llano que terreno inclinado» y es que, según explica Joaquín Ramírez, «las llamas se inclinan calientan el terreno y corren mucho más cuesta arriba que cuesta abajo».
También está la meteorología, en ella se estudia el viento con mucha precisión, pero también si ha llovido o no, si por la noche ha subido la humedad... en este sentido son ocho los parámetros que completan la predicción.
Publicidad
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.