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Cielo despejado, un sol de justicia algo opacado en ocasiones por las nubes y una condiciones de vuelo perfectas para que León diera la bienvenida a sus nuevos hijos del aire y del espacio.
Es ya tradición que cada mes de junio la plaza de San Marcos se convierta en plaza de armas para que la capital acoja en su seno a los alumnos y profesores de la Academia Básica del Aire y del Espacio de la Virgen del Camino. Promoción tras promoción, la capital reconoce la valía de las damas y caballeros del aire y los acoge como hijos suyos en un emotivo acto que, un año más, ha abarrotado la plaza.
Este 2024 la ciudad reconoce a ocho profesores de la ABA y a 322 damas y caballeros, alumnos todos de la XXXII Promoción y de la XXXIV Promoción de la academia sito en la Virgen del Camino.
En grupos y haciendo gala de la disciplina seña de identidad del ejército, los alumnos iban desfilando hasta las autoridades para recibir los diplomas que los acreditan como hijo de León. En sus ojos se notaba la emoción de tantos que, como ellos, han recibido este reconocimiento de parte de una ciudad que, aunque no los vio nacer, nació pronto en ellos, como señalaba en su discurso el director de la ABA, el coronel Ignacio de Donpablo Ferrándiz.
Destacaba en sus emotivas palabras la luz de León, «inabarcable», y el espíritu «acogedor» de un pueblo, el leonés, que desde hace mil años «sabe dar posada y acoger al peregrino».
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«Ser hijo adoptivo de León es más que recibir un título», seguía el director, que se comprometía, en nombre de los condecorados este sábado, a llevar siempre «León en nuestros corazones y nuestra boca a donde quiera que vayamos», siendo «embajadores de la ciudad» con la compañía eterna «del león rampante y los valores medievales del Paso Honroso».
Sus palabras llegaban después del discurso del alcalde de la capital, José Antonio Diez, que realzaba el vínculo que desde hace décadas une a la academia con la ciudad, un unión «que el tiempo no ha podido borrar» y que cada mes de junio se hace más fuerte con este acto que convierte a una nueva generación en «hermanos nuestros».
«Todo aquel que pasa por León mantendrá con la ciudad un vínculo especial y perenne», seguía el alcalde, que destacaba que, aunque han cambiado «muchas cosas» con los años, como el nombre de la Academia que ahora también es del Espacio -«no podía ser mejor para una ciudad con dos astornautas», apuntaba Diez-, mantiene «la herencia de los reyes, los reinos y las reinas de esta tierra cruce de caminos».
Ya como leoneses «de pleno derecho», Diez pedía a los militares que llevaran en sus misiones el recuerdo de León, de este reino «cuna de la democracia» y que demuestren «que las soluciones a los problemas nunca pasan por el conflicto, sino por el diálogo», con el recuerdo de León «en el corazón» para trasmitir allá donde vayan «el amor por esta tierra, su tierra».
Llegaba el momento tras los discursos de mandar firmes y gritar, con una plaza abarrotada por leoneses, muchos ataviados con paraguas para protegerse del sol, los sentidos 'Viva España. Viva el rey. Viva León y Viva el Ejército del Aire y el Espacio' y dar, todos unidos, un abrazo a los nuevos hijos de León.
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