La heroína regresa con fuerza a León: «Estamos peor que en los 80»

«Un porro vale menos que un cubata», Roberto explica que, aunque los precios de todo han subido desde los 80, la marihuana se ha mantenido con el precio por gramo «prácticamente inmóvil» desde entonces, pese a la inflación económica constante y el paso de la peseta al euro en el 2002. Hace un símil añadiendo que, si en la década de los 80 querías comprar marihuana debías renunciar, por lo menos, «a ir al cine, una cena y las copas» y que ahora «vale menos que una copa de fiesta o que una hamburguesa en un local de comida rápida».

Roberto, nombre ficticio del Jefe de la Unidad de Estupefacientes de la Policía Nacional de León, alerta del peligro en el aumento del consumo de drogas en León. «Ahora sales de fiesta y el olor a marihuana es algo normal», apunta. Incide en que el consumo se ha vuelto tan común que «ya estamos todos familiarizados» y que, el bajo coste de las drogas consideradas como «blandas», ha disparado su presencia entre los más jóvenes.

El agente se muestra tajante respecto a los supuestos «beneficios médicos» que esconden ciertas drogas. «Se habla de los beneficios médicos de los opiáceos, principio activo de la heroína, o de los cannábicos», pero todo esto «dentro de la farmacología y prescripto por autoridades médicas», aclara.

Desde la Unidad de Estupefacientes alertan de la proliferación de la heroína en León, con cifras que preocupan «más que en los 80». La conocida en todo el país como «generación perdida», jóvenes que en esta época contaban con entre 20 y 30 años y que cayeron en el precipicio de las drogas, especialmente de la heroína. Un drama social que conmocionó al país entero ante la impotencia de las generaciones anteriores, que veían morir a sus hijos sin poder hacer nada para remediarlo.

«Mientras haya solamente una persona que quiera consumir drogas va a haber un traficante». Roberto incide en la importancia de utilizar la publicidad institucional «como se hacía en los 80 y 90» para enviar mensajes sobre el peligro del consumo de sustancias a toda la población, aunque en especial a los más jóvenes. Considera que los mensajes que se envían actualmente «no son suficientes» y que hay que ser más «constantes y directos».

«No se empieza directamente por la heroína». Cada vez es menor la edad de inicio en el consumo de drogas, comenzando generalmente por psicotrópicos «como el hachís o la marihuana». Posteriormente, en función de la «tolerancia» de cada persona, llega un momento en el que «has fumado tanto cannabis que no te hace nada». Es ahí cuando entran en juego drogas consideradas «duras» y empiezan a consumir cocaína, que puede desembocar en el consumo de heroína y, en los peores casos «en el fentanilo».

El fentanilo, un potente opioide sintético hasta 50 veces más fuerte que la heroína y hasta 100 veces más que la morfina, está entrando en España y, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), actualmente se considera el cuarto país con más consumidores. Es conocida como la «droga zombie», ya que su consumo produce síntomas como alteración del comportamiento, dejando a las personas sin control sobre su cuerpo. Una droga, como explican desde la Unidad de Estupefacientes, «totalmente destructiva».

Pero no es la única. El tusi, también conocido como cocaína rosa, es una mezcla de sustancias psicoactivas que se ha popularizado recientemente en todo el mundo y también en España. Por su peculiar color y, pese a su elevado precio, que ronda los 100 euros por gramo, se ha extendido en el mundo de la fiesta y la noche leonesa.

Desde la Unidad de Estupefacientes de la Policía Nacional remarcan la importancia de la formación. «Enseñar a los niños desde bien pequeñitos que la droga es mala», explica mencionando las charlas formativas y campañas que llevan años llevando a cabo desde el cuerpo, junto a otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el Gobierno de España.

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