Secciones
Servicios
Destacamos
Despiertan tras la noche y miran el móvil. Impacientes esperan el mensaje de su familia. A veces no tarda en llegar, pero en otras ocasiones el corazón se para. «Un día estuvimos 24 horas sin saber de una de mis primas, y ya no sabes ... ni que pensar», relata con lágrimas en los ojos Elena. No ha querido hablar a cámara, aunque la emoción no se lo hubiera permitido.
Hoy todo está bien, pero hasta el siguiente mensaje la tranquilidad es algo efímero. Olesya Ivanova y su hija Elena Ivanova viven en León y lo hacen pegadas al teléfono móvil. Aunque reconocen que no quieren mirar las noticias ni los vídeos de la guerra de Ucrania es algo que no pueden evitar.
Olesya Ivanova recuerda las advertencias de Estados Unidos sobre los tanques y los militares apostados en la frontera rusa, pero «no lo creíamos, pensamos que era cuestión de estrategia política». El 24 de febrero se despertaron con la peor de las noticias. Rusia había iniciado la guerra contra Ucrania y Jersón, su ciudad natal y donde se encuentra su familia, había sido bombardeada.
«Empezó a las 5:00 de la mañana y bombardearon puntos estratégicos de las ciudades, mi familia, mi hermana y mis sobrinas se despertaron asustadísimas y así empezó la guerra», relata Olesya. La mujer explica que su ciudad, Jesón, «es frontera con Crimea» y en los primeros días la invasión de los soldados fue muy dura. «Vinieron los soldados, pasaron los tanques por la ciudad, bombardearon todos los pueblos... creo que para crear el pánico», lamenta.
También recuerda que «un chico de allí reventó el puente por donde pasaban los tanques y dio su vida por ello». Pero a pesar de su acción no pudo evitar que la ciudad cayera en manos de los rusos. «Ahora mi ciudad está completamente bloqueada por los ocupantes» y su familia sigue allí, sobreviviendo cada día. «Me parece un sueño terrible, no me cabe en la cabeza que en pleno siglo XXI pueden pasar estas cosas, sobre todo en Europa», lamenta.
Olesya explica que su hermana, sus sobrinas y los hijos e hijas de estas siguen allí. Han visto los bombardeos de las calles por las que paseaban y conocen, por el marido de su sobrina que es médico, que los civiles heridos y muertos son demasiados. «Una sobrina tiene su marido que es médico, desde el 24 que empezó la guerra hasta el 3 de marzo no pudo volver a casa porque no daban a basto con tantos heridos», relata con el corazón roto por la distancia y la impotencia.
Los ojos se le llenan de lágrimas cuando piensa en los más pequeños, los niños que están viviendo una guerra son los que más la están sufriendo, a pesar de no entender nada.
«Cuando bombardearon la casa de en frente de mi sobrina ella me grabó el vídeo desde la ventana y luego fueron corriendo al sótano, los refugios como tal no existen», explica Olesya Ivanova. Recuerda que su sobrina le contó ese día que durmieron en el sótano y no ha sido la única vez. «Bajando con la niña al sótano, tiene 5 años, durmieron allí y la niña preguntaba '¿mamá que está pasando aquí?'».
A los más pequeños de la casa intentan explicarles «con palabras suaves lo que ocurre», pero en muchos casos es imposible, «sobre todo cuando ella estaba temblando de miedo». Su vida era buena hasta el 24 de febrero donde todo cambió y ahora, en ocasiones, vuelven a dormir en un sótano que no está preparado para esta situación. Como ellos, hay miles de familias que temen por la vida de sus hijos en Ucrania. «Se me parte el corazón de pensar en los niños que no tienen culpa de nada y pagan la guerra», lamenta Ivanova.
La comunidad ucraniana en León se ha organizado para enviar alimentos y productos básicos al país y la solidaridad de los leoneses ha sido abrumadora. También muchos se ofrecen para acoger a refugiados en sus casas, pero salir del país no es tan sencillo. Y en otras ocasiones prefieren quedarse y ayudar en lo que se pueda. «Yo le dije a mi sobrina que saliera cuando pasó esto», recuerda Olesya, pero su marido no quiso marchar porque «él no sabe disparar, pero puede curar a los enfermos y ayuda a su país de esta forma».
Huir sola con los niños le dio miedo «porque era peligroso, entraron tantos tanques y soldados que disparaban contra la gente civil que ella dice que en sótano está mas segura». Los ucranianos se resisten a ceder a la invasión rusa y Olesya explica que ahora «la gente de mi ciudad cada día sale a las calle con las banderas de Ucrania gritando a los soldados que 'fuera de aquí, Jersón es Ucrania'».
El miedo a un bombardeo sigue presente en Olesya que sólo se comunica a través de mensajes con su familia. Las comunicaciones de Jersón fueron cortadas por los rusos y los 4.000 kilómetros que les separan se hacen muy dolorosos. La desinformación llega al país vecino donde no se creen que Rusia esté invadiendo y masacrando ciudades en Ucrania. «Mi tía vive en Moscú y cuando le contamos lo que pasa y le enseñamos vídeos no se lo cree y dice que es mentira», asegura con rabia Olesya.
Ella tampoco se fía de todas las noticias «ni del número de muertos», pero cuando le llegan vídeos del bombardeo de un edificio o una ciudad desde varios puntos sabe que eso sí ha ocurrido.
Elena, la hija de Olesya, tiene en la capital un comercio con el nombre de su ciudad. Su vida ahora está en León, pero en estos momentos su corazón ha vuelto a Ucrania y no descansará hasta que todo haya pasado. Madre e hija recuerda que el último viaje de su familia estaba previsto para 2020, pero la pandemia obligó a retrasarlo, antes de la invasión esperaban que este año el reencuentro fuera en Granada. Ahora sólo quiere que la guerra termine y puedan volver a abrazarse aquí en León.
A pesar de la situación, los más pequeños de la casa no pierden la ilusión. En Ucrania el 8 de marzo es un día muy importante y siempre se ha celebrado «como una gran fiesta».
Este año la situación era muy distinta, pero desde allí han querido felicitar el día con unos díbujos para Olesya.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.