El Gobierno negó en marzo los daños de la variante de Pajares que ahora debe reparar

El ministerio ordena ahora hacer un estudio que «identifique, caracterice y cuantifique los efectos realmente provocados sobre los acuíferos y masas de agua subterráneas, y sobre los manantiales y las masas de agua superficial conectadas». El trabajo señalará las fracturas y fugas provocadas en los acuíferos y cauces superficiales, además de explicar si el sellado de los túneles está impidiendo que ese agua entre dentro. El Adif también deberá hacer un estudio de los abastecimientos para consumo humano, riego de campos y abrevaderos que se vieron perjudicados.

«A la mayor brevedad y en la medida en que resulte técnicamente posible se completará el sellado de las fracturas y fugas». Cuando la reposición de suministros no sea posible «se adoptarán las medidas compensatorias precisas». Todo el proceso deberá hacerlo Adif «de acuerdo a las indicaciones de la Confederación Hidrográfica del Duero, los servicios Territoriales de Medio Ambiente y Agricultura y Ganadería de León y en cooperación y con plena información de las administraciones locales y explotaciones y usuarios afectados».

La resolución da un vuelco a un asunto que el Gobierno daba por amortizado. En una respuesta por escrito al senador Carlos Mulet del 21 marzo, señalaba «por la importancia del asunto, que los supuestos daños a la Montaña Leonesa como consecuencia de la ejecución de las obras de la línea de alta velocidad Madrid-Asturias no son tales».

Basándose solo en los informes de Adif, aseguraba que «hasta la fecha no se han detectado impactos significativos desde el punto de vista ambiental y sin embargo, sí se ha podido evidenciar de manera general el cumplimiento de las medidas impuestas en la Declaración de Impacto Ambiental».