Ante la posible llegada de una segunda ola de la pandemia prevista por los expertos con la entrada del otoño, la Gerencia del Hospital de Leónelaboró, a finales de julio, un plan de contingencia contra el virusque en la actualidad está plenamente activo.
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En el documento se detallan las medidas a tomar en materia de organización del centro en diferentes etapas dependiendo de la incidencia del virus en la provincia. Estas fases regulan el procedimiento a seguir desde una situación con menos de tres pacientes covid (fase 0) hasta una con hasta 49 pacientes críticos y más de 500 ingresados (fase 6).
En este momento, con más de 200 pacientes ingresados con coronavirus en planta y alrededor de 25 críticos, el Hospital de León se encuentra en la fase 3del plan de contingencia, con las cirugías no urgentes suspendidas desde mediados del mes de octubre y las seis plantas del Virgen Blanca y las tres del Monte San Isidro habilitadas para recibir a estos pacientes.
La última fase que contempla el protocolo es la número 6, en la que el número de pacientes críticos se marcaría en 49 y los pacientes covid ingresados superarían los 400. Llegados a este punto crítico, se establecería una zona covid con dos salas de UCI, salas de REA, coronarias y quirófanos 12-16 con capacidad para 47 camas, diez más que en la fase 5.
En el momento que la situación mejore y se alcance la cifra de menos de tres pacientes con el virus coronavirus SARS-CoV-2, el hospital entraría en fase 0. En este supuesto, las unidades que en la actualidad se ven afectadas por la pandemia funcionarían como en situación 'no covid', pero se continuaría extremando las medidas de protección de pacientes y sanitarios para evitar posibles rebrotes.
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El protocolo recoge un apartado en el que se detallan las posibilidades de aumentar el número de camas de ser necesario. Entre las medidas a tomar, destaca la potenciación de pruebas diagnósticas que permitan el alta precozy facilitar así la hospitalización a domicilio en los casos posibles, la revisión de camas inhabilitadas para mejorar su aprovechamiento y la desprogramación de operaciones no urgentes (algo que ya es una realidad).
Esta planificación de las infraestructuras para ubicar a los pacientes es una de las medidas que la gerencia marcaba como prioritaria en este protocolo, que además atiende otros aspectos como la ocupación progresiva de las áreas según la evolución de la enfermedad o la planificación de los recursos humanos y sus equipos de protección.
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Precisamente este último tema es uno de los que más preocupó al colectivo sanitario durante la primera ola debido a la escasez de EPIs. En este sentido desde el sindicato CSIF destacan que «se ha tomado nota» y en la actualidad Castilla y León cuenta con un estocaje para agunatar «al menos dos meses en caso de que no siguieran llegando repuestos».
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