Guerreras, luchadoras y ahora también arqueras. Las mujeres operadas de cáncer de mama disparan una flecha al linfidema y cogen el arco como terapia.
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El tiro con arco es un deporte que beneficia física y mentalmente a las personas operadas de cáncer de mama y ... más especialmente a quienes han desarrollado un linfidema (se produce al extirpar los ganglios, se acumula líquido intersticial en el brazo del mismo lado de la intervención, provocando un aumento de su tamaño).
El proyecto está basado en un estudio del Hospital Infanta Leonor de Madrid desarrollado por la doctora Elena Cátedra y Juan Pedro de Blas, monitor de tiro con arco del club Arqueros de Pozuelo. Un estudio que también se llevó a cabo con la colaboración del club Arco Rivas Vaciamadrid y que posteriormente fue trasladado a León gracias a la Asociación leonesa Arco Lancia.
Un deporte que tiene una disciplina de tiro muy estricta y en el que el efecto de la vibración del arco en el momento de la suelta es lo que produce un masaje linfático que ayuda al brazo con linfidema a mejorar la retención de líquidos y todos los problemas derivados de la intervención.
Para conocer las particularidades de adaptación de este deporte a las mujeres operadas Raquel Fernández, monitora de tiro con arco en Arco Lancia, trabajó con los compañeros de la capital para conocer así las particularidades de esta terapia.
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«Al igual que otros arqueros podemos darnos golpes, o coger peso, ellas no... utilizan la modalidad de tiro con arco instintivo y en su caso si tienen que sujetar el arco», explica Raquel. La monitora disfruta con su trabajo y hace disfrutar a cada uno de sus alumnos en las clases, pero sobre todo a las mujeres de los talleres que vienen de Almom con quienes la paciencia es infinita.
Pequeños cambios del tiro con arco al deporte adaptado a mujeres con linfidema en el que ellas deben 'apuntar' con el ojo que les marca el brazo afectado y no con el que llaman 'ojo dominante' como el resto de arqueros. Un detalle que no es impedimento para conseguir una diana.
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En ocasiones, el miedo o las recomendaciones médicas han hecho que el brazo del mismo lado de la masectomía pierda agilidad y fuerza por un excesivo reposo. El tiro con arco en su modalidad instintiva ayuda a recuperar la seguridad y aumenta la destreza a la hora de manejar el brazo.
Maribel del Pozo, fue una de las asociadas de Almom que dudó cuando escuchó el proyecto. «Al principio eramos un poco escépticas, vinimos un día a probar y fue una experiencia preciosa, fue genial», asegura. Una sola jornada sirvió en su caso para recordar antiguos juegos con su hermano, tiempos de la infancia y sobre todo olvidar que hace poco más de 20 años fue operada de cáncer de mama.
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Ella se define como alguien «muy optimista», y reconoce que esto es muy importante. A pesar de no tener linfidema y tampoco muchos dolores, Maribel recuerda como «siempre nos dijeron que este brazo había que tener mucho cuidado y le tenemos mas tonto por eso», explica con la risa que nunca le ha faltado.
Arco Lancia comenzó el pasado año con los talleres y este año continuará con un proyecto que fue presentado a las mujeres de la Asociación Almon en una jornada de puertas abiertas en la que no pudo haber más sorpresas.
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La Asociación cuenta con dos monitores formados en Madrid para poder llevar a cabo estas clases en las que el número reducido de alumnas y las ganas de pasar un rato divertido son claves. La monitora se esmera con cada una de las arqueras y reconoce la satisfacción de ver sus progresos y lo divertido que es cada taller. «Es muy emocionante ver como ellas se superan cada día y encima se las ve lanzadas y eso te da una gran satisfacción», explica Raquel Fernández, monitora de Arco Lancia, al explicar cómo se desarrollan las clases.
El proyecto ha despertado en Julia una idea especial, que ya dio a conocer en el popular concurso de televisión Boom: crear un centro de tiro con arco para mujeres operadas y linfidema en la zona de Babia, su localidad natal. Un espacio en el que poder acceder a una rehabilitación que a día de hoy, a muchas de ellas, les resulta imposible, pero también una oportunidad para salir de casa y encontrar en otras personas que han pasado por lo mismo el apoyo y la fuerza de seguir.
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«Mi vecina está operada, está con la quimio, con la radio y con sus complicaciones, pero si empiezas ha pensar hay muchas más mujeres en esta situación», lamenta Julia que no siempre se conocen o tienen fuerzas para contar lo que ha pasado.
El cáncer de mama no sólo lleva consigo la incertidumbre de qué pasará, sino también de cómo se vivirá. Una situación que no es sencilla y que con apoyo se puede llevar mucho mejor. Además, en la zona de Babia tiene el problema de la distancia: «cuando acaban los dos meses de rehabilitación a las mujeres de la zona les resulta complicado desplazarse, no todas tienen quien las traiga a León».
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Un problema para el que Julia ha encontrado una solución a través de su proyecto: llevar la terapia de Arco Lancia a la comarca de Babia. «Se mejora, yo he visto en mi que se mejora, yo iba al gimnasio y al fisio cada 15 días y desde que hago tiro con arco no he vuelto».
Un deporte adaptado que fomenta la concentración y la liberación de pensamientos negativos y que ha llevado a muchas de ellas a olvidar las incógnitas con las que viven día a día tras una operación de cáncer de mama.
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