El fiscal ve acreditados «motivos políticos» para la «paliza de muerte» que sufrió un joven en el Húmedo en 2019

El fiscal ha recordado que varios testigos han declarado que la víctima «estaba siendo agredida desde el primer momento» y entiende que la motivación fue la «venganza», por testificar en contra del hermano de una de las acusadas, y la ideología política «de extrema derecha».

Calificando las declaraciones de la víctima y el principal testigo como «contundentes y veraces», afirmó que hubo «ensañamiento de gente violenta» y que el objetivo era «ir a muerte y en manada» a por el herido.

La acusación pública cree que una de las encausadas es, además, «inductora y colaboradora necesaria» ya que le seguían el resto «como ovejas». En definitiva, afirma que está acreditado que a la víctima le dieron «una paliza de muerte».

Por su parte, la acusación particular se ha adherido a la solicitud de agravante de abuso de superioridad -propuesta por el fiscal- al tratarse de un grupo contra una persona y estima, además, que hubo delito de tentativa de homicidio porque «el resultado final, que fue favorable a la víctima a tenor de la agresión, no puede simplificarse a lesiones por no haber causado su muerte».

De hecho, el abogado de la víctima afirma que la intención de la agresión iba dirigida «no solo a causar lesiones», tanto por la intensidad, el número de golpes y la duración de la misma, así como las armas utilizadas. «La intensión era matar, y Edit jaleó que 'lo mataran', y que 'hasta que no respire'», sentenció.

Las defensas de los tres acusados han descartado la implicación de sus clientes y su vinculación a grupos de extrema derecha como origen de la agresión de marzo de 2019 en la calle Azabachería y en otras zonas del barrio Húmedo.

El abogado de Elit ha asegurado, incluso, que su representada fue «víctima y no agresora» por sufrir heridas a la salida del pub donde se inició la pelea. Así mismo, descartó que ella interfiriera en la agresión, más allá de correr tras la víctima y grabar la parte final de los hechos.

El letrado manifestó que ésta no pertenece a ningún grupo político, por lo que descarta dicho agravante, y enumeró diferentes «contradicciones» durante las testimoniales de los testigos de parte. Además, insisitó en un atenuante de dilaciones indebidas por estar el caso parado durante ocho meses. Del mismo modo, descartó la acusación de tentativa de homicidio al considerar que las heridas no provocaron «deformidad o afectación a órganos vitales» y se remitía a una forense para afirmar que el resultado de la brutal paliza fueron «cuatro fracturitas» que no restaron a la víctima funcionalidad ni estética.

En caso de sentencia condenatoria, el abogado solicita que la pena no sea superior a dos años por un delito de lesiones básicas. Y, entienden, que la resolución debe ser la libre absolución por no quedar acreditada su agresión y haber colaborado con la justicia y no contar con antecedentes.

La letrada de otra de las acusadas ha partido de una «contradicción básica» en el origen del conflicto. «Hay una provocación evidente de la víctima a la acusada. Buenas intenciones no tenía y no iba con intenciones pacíficas», ha reseñado la defensa de Laura, que reconoció el enfrentamiento ideológico «pero no por parte de las personas acusadas» y sí por familiares de una de ellas, que ya han sido condenados.

Tanto la defensa de Laura como la de Miguel Ángel han pedido la libre absolución de sus representados. En el caso del único acusado varón, justifican esta sentencia favorable por «quedar probado que estuvo con sus amigos en la puerta del pub donde se iniciaron los hechos».

En el turno de última palabra, los tres acusados reiteraron su inocencia, se desvincularon de cualquier ideología neonazi y se consideraron «víctimas» por estar en el lugar y momento equivocado aquella noche.