Con los agentes haciendo la vista gorda aunque tratando de vigilar que la fiesta no se fuera de las manos, miles de jóvenes han podido disfrutar de otra manera de la noche de San Juan.
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La ribera del margen izquierdo del río Bernesga, a su paso por la capital leonesa, se han postrado en el tramo comprendido entre los puentes de los Leones y San Marcos.
Con bolsas y cantidades ingentes de bebida, las pandillas han ido llegando hasta esta zona para buscar acomodo cuando aún la noche no era cerrada.
Allí han permanecido durante horas siendo pocos los que a la hora de la retirada han recogido la basura de las sobras de alcohol y bebida con la que habían llegado.
Una escena que se lleva repitiendo varios años en lo que es ya una convocatoria improvisada para convertir el Bernesga en un botellódromo en esta noche de San Juan.
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