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Y volvieron a León. Catalina Grande Piñón Pequeño (CGPP) reventó la plaza de San Marcelo en uno de esos espectáculos que no tienen un gran cartel por la entidad del artista, pero que luego se erigen como uno de esos eventos que se recuerdan con el paso de los años. Estos chavales de Benavides de Órbigo sacaron su primer álbum en 2019, no llegan a los 10.000 oyentes en Spotify, apenas si tienen 3.000 seguidores en Instagram y, lo más importante, da absolutamente igual.
Centenares de personas se agolparon frente al Ayuntamiento para disfrutar de un espectáculo como pocos. Explicar lo que hace CGPP requeriría más que una simple crónica y demasiados epítetos. Quizás, las letras de sus canciones lo definan con mayor precisión de lo que podría este plumilla: «En casa de Ferrán Adriá se come puta mierda / si lo pilla mi madre le pega 40 vueltas»; «Le llevo a ver los gochos, dice que huele mal / que si está un minuto más allí va a vomitar / tranquilo señorito, si te parece bien / los baño en Barón Dandy pa`que respires, joder».
Estos últimos versos -que ellos definirían como propios de Walt Whitman- resumen bastante bien ese punk-fandango del que hacen gala. Es decir, el sonido punk lo tienen, pero sus letras están plagadas de crítica social envuelta en humor castizo y altas dosis de acidez. Es imposible escuchar a Catalina Grande Piñón Pequeño sin soltar una sonrisa de complicidad. Muchas de las cosas que pensamos los 'provincianos' -cuando no pueblerinos- como nos llaman en las grandes ciudades, lo espetan estos benavidenses, que se ganaron al público leonés desde el minuto uno con su socarronería y puesta en escena única.
Otro de los grandes atractivos de CGPP es su cantante y líder, David Verderón. Conocido por ser un auténtico showman, el leonés volvió a poner el público a sus pies con otro de esas exhibiciones de carisma y falta de vergüenza (en el mejor de los sentidos) como el que brindó en Toro durante el Festival Vintoro hace ahora tan solo una semana. En aquella ocasión, Verderón apostó por un boxer de leopardo como el atuendo adecuado para domeñar la ciudad del vino.
Este jueves, Verderón se decantó por su tradicional mono dorado, del cual había prescindido en los últimos espectáculos por exceso de calor. Podría tratarse de una burbuja de Freixenet si no fuera por esa barba a surcos, casi como si de una tierra arada se tratase, y esa lengua desatada, siempre dispuesta a cimbrar a los de arriba.
El momento álguido del concierto no podía ser otro que cuando interpretaron 'Los de la Capi', el éxito por el que se les conoce y que ha tenido su traducción en centenares de camiseta con el que es ya, lo quieran o no, su eslogan: «Lo mejor de Madrid es cuando me vuelvo pa' León». Una canción que evidencia una fuerte crítica a la idiosincrasia urbanita (léase superioridad moral)de los ciudadanos de las grandes metrópolis y una oda descarnada a la vida rural.
Hasta el momento, el grupo del Órbigo ha lanzado dos discos: 'La ira de un hombre bueno' (2021)y 'Baile Vermú' (2019). Su tercer álbum está en camino y el trío 'amenaza' con otra palada de canciones, ya que CGPP no se anda con chiquitas y cada disco roza la veintena de canciones.
Entre tanto, CGPP ya ha comenzado a colarse en más de un festival. Muchos de carácter rockero/punk como el Vintoro, pero otros más eclécticos, donde el estilo gamberro de los leoneses casa bien. No habrá que perder de vista a este grupo cuyo techo todavía se desconoce.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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