Ni la 'pasión' por el Atlético da una solución al foro u oferta

También fue la primera reflexión de cabildo y síndico en su tradicional lucha dialéctica por dilucidar si la ofrenda es una obligación o se realiza de manera libre y voluntaria. Los fallecidos por el coronavirus, las víctimas y los familiares de los afectados recibieron un caluroso aplauso de los presentes cuando tanto Luis Miguel García Copete, síndico municipal, y Mario González, representante del Cabildo emitieron sus recuerdos. Uno de ellos muy especial para Antonio Trobajo.

Con algunos rayos de sol y más frío del deseado comenzaron los actos. Copete recordó la historia «o más bien la leyenda» que envuelve este acto y cómo la aparición del apóstol Santiago en plena Batalla de Clavijo derrotó «con su espada de plata y a lomos de un caballo blanco» a 70.000 soldados enemigos. Un hecho que dio la victoria y provocó la liberación de las 100 doncellas.

«Hasta aquí la leyenda», aseguraba el síndico que justificaba, una vez más, que la corporación «viene libre y voluntariamente como ya han dicho, pero la respuesta de don Mario será la misma». Y efectivamente, no se movía ni un ápice el Cabildo respecto a las palabras de otros años y aseguraba que a pesar de que el discurso del síndico era «original y bueno», matiza en seguida que «ni lo original es bueno ni lo bueno es original».

También recordaba Mario González «los historiadores rellenan los huecos» y no todo es cierto para ellos, resumiendo que «en esa batalla en la que intervino la virgen de regla se ganó». Y aprovechó el Cabildo este momento para recordar que esta es «una fiesta femenina», donde las que verdaderamente celebran son las mujeres. Ya que los tributos de 100 doncellas para el Emir de Córdoba se repetían año tras año. «Todos los años 100 mujeres eran llevadas a los arenes de Córdoba», remarcaba el Cabildo asegurando que «tras la batalla, León agradeció el fin de la esclavitud sexual».

Y claro que viene libre la corporación municipal. «¿Alguno ha venido obligado? ¡Que levante la mano!», preguntaba Mario González, para acto seguido responderse a si mismo: «Vienen libremente a cumplir una obligación».

Y ambos seguían en «sus trece» y «menos mal», aseguraba el síndico que con cierto humor reconocía que «sino tendría que decirle a los voluntarios de protección civil que le subieran al Hospital de León». También recurrió García Copete al «jefe» rememorando al Papa Francisco y pidiendo al Cabildo que «no levante muros, sino que tienda puentes».

Unas palabras que llevaron al propio Cabildo a pensar que «el Regidor mayor y Canuria le han dicho ni se le ocurra reconocer que vienen por obligación o le destituimos». Reconoció su afecto por el síndico, así como «lo sufridores que somos» al ser ambos seguidores del Atlético de Madrid, «a pesar de que ayer no sufrimos».

«Firme como una roca» seguía el Cabildo y ante eso, el síndico le ofreció «una cecina de una ganadería de León, pero también he traído otra parte del toro». Y en ese momento el síndico sacó un cuerno y aseguró: «Un cuerno que es lo que piensan ustedes cuando les decimos que venimos libre y voluntariamente».