Un San Froilán sin tradiciones, pero con mucho sentimiento

La Basílica de La Virgen del Camino ha permanecido cerrada al público, aunque aquellos que lo deseasen pudieron seguirla a través de un directo. No faltaron los vecinos que quisieron acercarse hasta la puerta del templo, aunque sólo encontraron un cartel que alertaba de la situación.

No hubo este año beso para el manto de la virgen, ni multitud de disparos fotográficos que pudieran captar la colocación de la cuelga de rosquillas a la imagen de San Froilán. El parque que normalmente acoge la multitudinaria celebración estaba vacío y los carros engalanados y pendones que descansan en él tras la romería tampoco han acudido.

Los leoneses han respetado las medidas tomadas ante la incidencia de la covid-19 y se han quedado en esta ocasión sin poder comprar las típicas avellanas y los productos de la tierra que otros años llenaban las calles de la localidad.

Y la nariz del Santo ha quedado este año sin los tradicionales tres tirones que miles de leoneses le daban en este día. Una ocasión en la que, más que nunca, León necesita de sus milagros.

El coronavirus obligó a las instituciones implicadas a tomar de la decisión de desconvocar la multitudinaria cita religiosa y lúdica en una jornada que concluirá con el inicio de las restricciones impuestas por la Junta tras el crecimiento de los contagios en la capital.

La tradicional romería que acerca cada año a miles de personas a la Basílica de La Virgen del Camino para asistir a la solemne celebración del santo lucense fue suspendida por la pandemia y la festividad más tradicional de los leoneses quedó este año reducida a un fresco y soleado lunes de otoño.