Don Mario González, representante del cabildo, con su regalo a la conclusión del debate. Sandra Santos

Del espionaje a invitar al pádel, el eterno debate de las Cantaderas sigue en tablas

El acto de las Cantaderas lleva al claustro de la Catedral de León una histórica batalla entre el 'foro u oferta' que el pueblo leonés realiza a la Virgen de Regla como acto de gracia en su intercesión para liberar del tributo de las 100 doncellas | Pedro Llamas y don Mario González fueron los representantes de síndico y cabildo en esta edición

RUBÉN FARIÑAS

León

Domingo, 30 de septiembre 2018, 13:44

Tan solo Viernes Santo es capaz de poner igual las calles de León. La gran cita anual con la tradición volvía a inundar de público el casco histórico. Cuando algún trasnochador se recogía, la corporación municipal se preparaba.

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Un carro con productos de la tierra ... , tirado por dos mulas, los tambores del Reino, la sotadera guiando a sus cantaderas y tras ellas las 50 plebeyas y 50 doncellas; juntos partían hacia la Catedral de León para acudir al eterno debate.

El claustro estaba listo y «sin mamotreto» para celebrar el acto de las Cantaderas, una discusión entre cabildo catedralicio y síndico municipal que siempre acaba en tablas. La duda sigue, ¿es foro u oferta la ofrenda que realiza el pueblo de León al clero?.

Tras la entrega de los productos del campo, el pan y las flores en honor a la intermediación de la Virgen de Regla, la sotadera ordenó a sus pupilas rendir culto y danzar al ritmo del folklore leonés, con dulzaina y castañuela.

Debate entre Pedro Llamas y don Mario González

Este año, el encargado de abrir el fuego del debate, fue el concejal Pedro Llamas, que instaba a su contrincante a una reflexión y se encontraba con la reprimenda de Don Mario González. El edil accedía a la posibilidad de «ir modificando la historia, a pesar de que estuviera escrita» y el administrador de la Catedral le negaba la petición y le reprendía que se apuntara a la moda de querer cambiar la historia. «Ya lo hacen con la sotadera, que era una mora vieja y ahora nos presentan una joven lozana».

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El patio del claustro, un espacio amplio y libre, era el escenario perfecto para que el síndico invitara al cabildo a unirse al deporte de moda: el pádel. «Ustedes son jugadores habilidosos y aquí tendría cabida un estadio de pádel», para ello le regaló unas pelotas de tenis, que el clero aceptó.

No tardó en elevarse el tono del debate y el concejal de Fiestas y Consumo llegó a las 'amenazas' para hacer entrar en razón a la Iglesia y que estos aceptaran la ofrenda como oferta. «Hace pocos días, los aviones del ejército sobrevolaron la Catedral de León para tomar unas imágenes. Esos aviones aprovecharon para localizar sus aposentos y les tenemos preparados en la Base de Rota, apuntando hacia ellos. Esperemos no tener que llegar a eso».

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Contraatacaba el síndico, en la figura de don Mario, haciendo hincapié en el cargo que ostentaba su contrincante. «Usted es concejal de Comercio, de Fiestas... vamos, que se dedica a la farándula y no le ha dado tiempo a preparar el debate. Y ahora también se dedica al espionaje».

Pedro Llamas invitó al cabildo a convertirse en los primeros en alcanzar un acuerdo y le comprometió una estatua de la Escuela de Oficios para conmemorar dicho hito. Sin embargo, el clero no estaba por la labor de rechazar la idea de la obligación del pueblo de León con la Virgen de Regla.

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El clero resiste y se mantienen las tablas

Ante la resistencia mostrada por Mario González, Pedro Llamas no pudo hacer otra cosa que recular y, aunque mantuvo la duda de la legitimidad de los escritos que obligan al pueblo de León a rendir tributo y pidió que se examinara con la máquina de plagio de Moncloa, el concejal pidió levantar acta no sin antes afear una vez más la cabezonería del clero: «Este año hemos arreglado los gigantes y cabezudos, pero nos faltan todavía cuatro; ya no es problema porque los tenemos aquí delante -en alusión a los representantes del cabildo de la Catedral».

Por último, y tras recordar al síndico que no puede ir en contra de las buenas gentes de León, quienes pidieron venir cada año para rendir foro a la advocación de Regla, don Mario ordenó al secretario capitular levantar acta.

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El debate volvía a quedar en tablas. Eso sí, la opción de levantar una pista de pádel en el claustro queda abierta y para ello las pelotas fueron entregadas al cabildo. La duda es ahora si ese obsequio era un foro o una oferta.

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