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El proceso de elaboración de las típicas rosquillas de San Froilán. Irene de Celis

Más de 63.000 rosquillas para endulzar San Froilán

Durante las semanas que rondan a esta celebración leonesa, las pastelerías de la ciudad preparan los dulces típicos para deleitar los paladares de los miles de visitantes de toda la provincia que se acercan a la capital para disfrutar de las numerosas actividades

Sábado, 1 de octubre 2022, 09:12

San Froilán congrega en León a miles de personas de toda la provincia que se acercan a la capital para disfrutar de las tradicionales actividades y, también, de la gastronomía.

Más de 63.000 rosquillas

En la Confitería Asturias empiezan a preparar ese día, por lo menos con una semana de antelación. Y es que las rosquillas de San Froilán ya se han convertido en una tradición por estas fechas, por eso durante casi tres semanas se producen, y venden, unos 63.000 dulces.

La historia de este postre típico leonés es bastante reciente. Santiago Pérez, maestro confitero de la ya desparecida confitería La Coyantina, las introdujo en la gastronomía local. Su hijo y, depués, Luis César García, de la Confitería Asturias, siguieron con la receta hasta el día de hoy, en el que son muchas las pastelerías leonesas en las que se han unido a la producción de este postre tan apreciado por los leoneses durante los días que rondan esta festividad.

Galería. Las típicas rosquillas de San Froilán en León.

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Galería. Las típicas rosquillas de San Froilán en León. Lucía Reñón

Los secretos de la receta

Los trucos para el éxito de estas rosquillas son la delicadeza y el tiempo. Una mezcla de agua, leche en polvo, mantequilla y mucha harina es el comienzo de este manjar. La diferencia, una masa «escaldada», la harina se hecha cuando el resto de la mezcla está ya hirviendo, con lo que se consigue que el gluten se gelatinice y queden «cremosas». A continuación se le añaden «poco a poco» los huevos hasta que llega el toque final, una botella de ron.

Con la masa ya hecha solo hay que darles forma y llevarlas al congelador «para que no se deshagan al freirlas». Y en la sartén más delicadezas, primero «con aceite de oliva, que deja un mejor sabor» y luego esperar a que esté a 180 grados para meter las rosquillas y dejarlas apenas unos minutos «hasta que lo de fuera coja color, pero lo de dentro quede cremoso». El toque final, una capa de azúcar glass con «mucha azúcar y poca agua».

Y luego lo más importante, a disfrutar, a poder ser «en el mismo día porque al día siguiente ya no están igual» y a saborear un San Froilán que, desde hace unos años, es muy dulce.

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