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r.fariñas
Miércoles, 5 de octubre 2016, 15:32
Toda romería tiene su lado religioso y la de San Froilán ha congregado a miles de fieles en el parque anexo a la Basílica de la Virgen del Camino.
El buen tiempo, con un sol de justicia que obligaba a buscar la sombra o resguardarse ... como cada uno podía, ha acompañado una solemne eucaristía oficiada por el obispo de la Diócesis de León, Julián López.
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Representantes políticos de los municipios del voto, autoridades civiles y militares, con la destacada ausencia del alcalde de la capital, Antonio Silván, que se encontraba en el pleno de las Cortes en Valladolid; han acompañado una homilía que ha tenido al Año de la Misericordia como referente durante el sermón.
«Saber perdonar, dar de comer al hambriento, acoger al sintecho, y sobretodo dar limosna al pobre», esas han sido las peticiones del máxima responsable de la Legionensis, que ha recordado el estilo de vida ermitaño y sin alardes de San Froilán.
Ofrendas al santo y a la virgen
Un solemne encuentro que ha arrancado con la tradicional ofrenda al santo donde, a las flores y a los productos de la huerta, en representación a los colores de la tierra y al esfuerzo y el esmero de sus gentes, se ha sumado la tradicional cuelga de rosillas y una jota para simbolizar la alegría de los leoneses.
Posteriormente y por cuarto año consecutivo, los peregrinos han realizado su propia ofrenda a San Froilán, haciendo entrega de una mochila, signo de las inquietudes que cargan en sus vidas, y de un bastón, por ser apoyo en su caminar. Una ofrenda que culminó con la entrega de la vieira, una calabaza y un par de botas con las que han pedido al santo su intercesión para guiar su camino y saciar su sed de su palabra.
Tras las peticiones y la primera lectura, a cargo de la concejala de Urbanismo del Ayuntamiento de León, Ana Franco, han sido las mozas y mozuelas las encargadas de realizar la ofrenda floral a la Virgen del Camino.
El solemne acto, que ha tenido una duración considerable, ha servido para venerar un año más la figura del ilustre patrón de la Diócesis de León, un milagrero al que 1.100 años después siguen rindiendo culto sus fieles.
Patrono por derecho
San Froilán, nacido en Lugo en el año 833, fue Obispo de León. A los 18 años abandonó sucasa y se convirtió en un ermitaño en Ruitelán y, más tarde, en Valdorria, donde vivió como eremita. Su tendencia a fundar monasterios y su fama evangelizadora inducen al rey Alfonso III el Magno a escogerlo como obispo de León.
Ordenado obispo en el año 900 en la Catedral de Santa María de León, destacó por su vida de piedad y de caridad y por una amplia labor de predicación y de organización eclesiástica. Murió, se cree, el día 5 de octubre del año 905 y los restos del ermitaño a quien todos los leoneses rinden hoy honores descansan en una urna bajo el altar mayor de la Catedral de León.
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