Hace 52 años, en 1973, uno de los leoneses más notables del último siglo, Félix Gordón Ordás fallecía en el exilio, en Ciudad de México, a los 87 años. Revolucionario de la veterinaria y político, hoy día su figura es más reconocida, vinculada al ámbito académico y universitario.
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Pero, ¿quién era Félix Gordón Ordás? Nació en León el 11 de junio de 1885 en el seno de una familia humilde, hijo de Bárbara, sirvienta desde los 13 años, y Rosendo, albañil, desde donde creció. Gracias a su intelectualismo y su indudable pasión por la veterinaria, además de esa escasez económica que caracterizó a su familia, se convirtió en una de las figuras más notables en este campo de todos los tiempos.
Se licenció en León con 20 años, en 1905, para cambiar para siempre la veterinaria. Y estudió Veterinaria en León desechando su deseo, cursar Derecho en Oviedo, pero sus limitaciones económicas se lo impidieron.
Prontó comenzó a ejercer como profesor auxiliar en la escuela de veterinaria de León, germen de la actual Universidad de León para, en 1909, trabajar en Madrid tras sacar las oposiciones del Cuerpo Nacional de Inspectores de Higiene y Sanidad Pecuarias.
Al entrar en contacta con Madrid, su carrera tomó un cariz más político, luchando y reivindicando mejoras en el área de la veterinaria, como el reconocimiento de los veterinarios titulados como agentes clave en el desarrollo económico español y que se tuviera mucho más en cuenta el conocimiento científico y técnico de estos sanitarios.
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Fue un revolucionario, un transformador de la veterinaria yde su papel en la sociedad y en la economía española en un momento muy ecléctico en toda Europa. Buscó desarrollar y difundir el conocimiento a través de revistas científicas y de la Asociacion Nacional Veterinaria de España, en cuya fundación tuvo un papel relevante y que sería el embrión del actual Consejo General de Colegios Veterinarios de España.
Este papel a caballo entre la veterinaria y la política no se quedó ahí. En su adolescencia ya se había mostrado abiertamente republicano y socialista y, con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera, llegó su primer exilio en la localidad de Puente Barjas (Ourense). Con la caída del régimen regresó a Madrid para presidir la Asociacion Nacional Veterinaria de España y tomar cuerpo en el nuevo escenario de la Segunda República.
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De hecho, logró crear la Dirección General de Ganadería y reformular la veterinaria en España, dando un peso específico y clave a los profesionales del sector para potenciar el campo en estos años con el conocido como 'Plan Gordón'. Su ascenso político fue tal que llegó a ser diputado por el Partido Radical-Socialista por León llegando a ser, incluso, ministro de Industria y Comercio.
La renovación y evolución de la profesión veterinaria fue un hecho con Gordón Ordás, que se fue a México cuando comenzó la Guerra Civil, en primer lugar como embajador, pero donde acabó exiliado. Con dificultades económicas, trabajó de forma efímera para el Colegio de Veterinarios de México y mantuvo su actividad política, llegando a ser, en los años 50, presidente del gobierno de la República en el exilio.
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Gordón Ordás falleció a los 87 años en Ciudad de México el 26 de enero de 1973 dejando tras de sí un legado capital para la profesión veterinaria, para entender como hoy se entiende el mundo universitario en León, y siendo parte clave del prestigio que esa facultad de Veterinaria leonesa posee hoy día, además de ser una improtante figura política en el siglo XX español.
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