Los farmacéuticos leoneses aprueban no expedir medicamentos sin receta pese a la presión de los usuarios

Una ley que no es nueva. Fue en el año 1990 cuando se publicó en España la primera 'Ley del medicamento' que se actualizó en los años 2006 y 2015. En todos estos reglamentos se refleja la necesidad de la receta médica para la dispensación de medicamentos y las multas para aquellos profesionales que lo incumplan.

Concienciar a la población sobre el uso responsable de los medicamentos y tener una mayor cultura de la prescripción ayudarían en este caso a ver la importancia que tiene la receta medica oficial, y a romper con los estereotipos o creencias sobre determinadas cantidades de fármacos. Todo esto evitaría las quejas que sufren los boticarios «por no suministrar los medicamentos que ellos quieren», explica el presidente.

«Avanzar junto con la administración y el resto de los profesionales sanitarios para autorizar al farmacéutico la dispensación de determinados medicamentos, como el Ibuprofeno o el Paracetamol, siempre con un uso correcto». De esta manera Herradón pide una mayor 'confianza' en estos profesionales por parte del resto de expertos, ya que en muchos casos son los boticarios los que resuelven dudas y aconsejan a los enfermos.

El país europeo con el precio más bajo en los medicamentos es España. Esto ha provocado desabastecimiento y falta de medicinas, ya que al existir una producción mundial de los mismos, estos van a los países donde el precio está más alto.

Dentro del cambio que ha supuesto la necesidad de receta para adquirir todo tipo de medicamentos destacan el Ibuprofeno y el Paracetamol, dos de los más habituales.

«Recomendamos la dosis más baja y durante el menor tiempo posible». Con esta reflexión Herradón explica los problemas de la automedicación y de distribuir medicamentos sin un diagnóstico correcto. El caso del Ibuprofeno y el Paracetamol es uno de los más conocidos, dada la costumbre de los pacientes de adquirirlos sin receta, algo que según explican los profesionales es peligroso dados los efectos secundarios y el desconocimiento que se tiene sobre ello.

«La tendencia del médico es la de dispensar Ibuprofeno de 600 sin tener en cuenta las necesidades reales del paciente». Con esta explicación, el presidente del Colegio de Farmacéuticos, quiere poner de manifiesto que no por tomar más dosis el dolor se reduce antes, algo que en muchos casos piensan los pacientes.

Un tratamiento a largo plazo con ibuprofeno y en altas dosis, aumenta el riesgo de problemas cardiovasculares, como los infartos o los ictus, explican desde la Agencia Europea del Medicamento. Por todo ello, se pide a los profesionales que antes de iniciar un tratamiento de este tipo se racionalice correctamente la cantidad.

«Es trabajo de todos velar por la salud de los pacientes», expresa Javier. Y con esta premisa trabajan los farmacéuticos y profesionales sanitarios de León que exigen comprensión en su trabajo por parte de los enfermos.