La familia de Mario Fuentes ve «justicia» en la sentencia por su asesinato

Su hijo fue asesinado. Así de contundente, así de duro. Y fue asesinado sin motivo, sin culpa ninguna, siendo un auténtico inocente, tal y como recoge la sentencia que la sala de la Audiencia Provincial de León remitía a las partes este 24 de marzo.

El dictamen del tribunal del jurado popular, que en su lectura del veredicto recogía los preceptos que ahora ha confirmado el magistrado-presidente, señalaba a Jorge Cervantes como culpable de un delito de asesinato siguiendo las pretensiones que la acusación particular, ejercida por el letrado Fernando Rodríguez Santocildes, en representación de la familia de la víctima, había seguido.

Los padres de Mario entienden que se ha «hecho justicia» ante la injusta pérdida de la vida de su hijo. «No hay forma ninguna de resarcirse, pero es un cierto alivio. Se sienten reconfortados por ver que se ha hecho justicia», explica el abogado.

La sentencia recoge «todo el contenido de lo que fue objeto la prueba del juicio», lo que ha dejado un sentimiento en los progenitores del joven de haber dado carpetazo a un proceso judicial «extremadamente duro» por lo vivido en sesiones del juicio con «momentos muy difíciles» para la familia, especialmente debido a las intervenciones del abogado de la defensa. «Entendemos que carecían de justificación».

Sobre la pena de 18 años de prisión, Rodríguez Santocildes explica que se encuentra «en la primera mitad» del grado de pena, que va de 15 a 25 años, al carecer de agravantes que la elevarían a la horquilla superior, de 20 a 25 años. «Inicialmente pedíamos 20, pero es razonable; la pena es ajustada». Todo a pesar de que «por la gravedad de los hechos y la clara intención de acabar con la vida de Mario», se adhirieron a la solicitud de la fiscalía de hasta 22 años.

La acusación espera que la defensa hago uso de su derecho a apelar la sentencia ante la Sala de lo Civil del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León, una medida para la que cuenta con diez días desde la notificación de la pena al condenado, que se encuentra en el Centro Penitenciario de León.