Pablo Castro, beneficiario del Pasaporte de Vuelta

«Vi a la familia después de mucho tiempo y pensé que era hora de regresar»

Los inicios fueron un máster de gestión internacional de la empresa en Madrid y de ahí «he estado cuatro años entre entre Vietnam y Tailandia». Se fue porque «quería conocer algún lugar diferente, exótico y luego me quedé».

En el centro de Bangkok la vida es muy diferente al barrio de la Palomera donde se había criado, aunque reconoce que hay más similitudes de las que se pueden pensar entre ambos países. «Pues aunque parezca un sitio muy alejado, hay cosas que no son tan diferentes a España», explica el joven que reconoce que «a nivel ocio son países que también se vive mucho en la calle debido al buen clima, hay mucha comida callejera y en general mucha vida en la calle», recuerda.

Pablo Castro insiste en que «tanto Vietnam como Tailandia que tiene muchas oportunidades y la mayoría de la gente española que está allí está encantada de ese nivel».

Nos encontramos en el parque del Cid, ahí recuerda ese árbol en el que de niño se subía con sus amigos a la salida del colegio. Un lugar de la capital que le trae muy buenos recuerdos y en el que comparte con leonoticias su regreso al Reino y el apoyo del Pasaporte de Vuelta. «La primera información que tuve fue a través de una amiga que me comentó que existían estas ayudas, porque un familiar suyo las había pedido en el pasado y entonces fue cuando empecé a ver que ofrecían como se pedían y a buscar información sobre ellas», recuerda sus pasos de hace más de un año, ya que Pablo es uno de los diez retornados en 2022.

Un total de 3.500 euros que define como «una muy buena cantidad», pero algo insuficiente. El joven lo reconoce como una ayuda a tener en cuenta, pero insiste en que es necesario que haya algo más ya que nadie deja un trabajo en el extranjero, donde normalmente está cobrando más que en España, para volver a una provincia donde encontrar un empleo no siempre es sencillo. Pablo cree que las ayudas se deberían enfocar también a las empresas que contraten 'retornados', aunque en su caso particular la situación fue diferente. «Nadie puede dejar un trabajo y una vida montada en un país para volverse a casa, querer vivir solo y sin trabajo y sin nada, es una ayuda, pero necesitas algo más», remarca.

Pablo estuvo «año y medio sin salir de Tailandia, porque salir podía, pero no volver a entrar. Después los protocolos para volver a entrar cuando se permitió se hicieron un poco duros a nivel de cuarentenas en hoteles y temas así», recuerda.

Este pudo ser uno de sus puntos de inflexión, tras ese 2021 de cierres imposibles en Tailandia, volvió a casa y «ves cómo está todo aquí, ves a la familia después de mucho tiempo, a los amigos y ya te empiezas a plantear que quizás es buen momento para regresar a España».

Además en su caso también inclinó la balanza la situación profesional de sus padres. Ellos tienen una empresa familiar y están cerca de la jubilación. «A mí se me dio esta oportunidad y me ofrecen ponerme al frente y seguir con la empresa familiar, por eso yo decido volver aquí», explica el joven.

Con menos de 30 años, Pablo se enfrenta a un gran reto, pero todo ello con una experiencia inolvidable que le ha dado la oportunidad de conocer muchos países a través de las comunicaciones que le ofrecía vivir en Bangkok. Algo que ahora echa en falta en la capital leonesa.

«Allí hacía mucha vida en la calle, salíamos mucho a comer y a cenar. Era una ciudad con mucho jaleo y era un caos», recuerda Pablo que insiste en que «mirase donde mirase siempre había movimiento y vida y en León la vida es mucho más tranquila, mucho más pausada».

Regresar a León ha sido un gran acierto para Pablo que después de estar más de un año sin poder volver a España por las restricciones de la covid-19 ya piensa en hacer su vida en la ciudad que le vio nacer y anima a quienes viven a miles de kilómetros que, si la oportunidad de regresar se les presenta no la rechacen. «León es una ciudad que tiene una gran calidad de vida, todo lo tenemos cerca. Es una ciudad tranquila y no es una ciudad cara», finaliza.