¿Qué falló para que FlyBy School no se instalase en León?

La noticia caía el pasado viernes como un jarro de agua fría sobre la sociedad leonesa, que albergaba cierta esperanza en la deriva.

FlyBy School abandonaba finalmente León y, con su marcha, se desvanecía la idea de prosperar en su patria chica de una escuela de pilotos que comenzó a dejar de tener el viento a favor tiempo atrás en la provincia.

El movimiento se remonta a los últimos meses de 2019, pero para llegar a ellos hay que viajar aún más atrás en el tiempo. El trágico fallecimiento del empresario leonés Rogelio Fernández, su mujer y sus dos hijas en un accidente de avioneta ocurrido en enero de 2016 ponía fin a la vida del que fue el 'alma máter' del Aeródromo de Pajares de los Oteros, en cuya pista estaba previsto que aterrizase aquel día de invierno con su familia.

La desgracia puso fin de forma temprana a los proyectos de Rogelio Fernández, reconocido por todos por su carisma y fuerza de voluntad en el mundo empresarial. Suya fue la idea de la 'Ciudad del Aire', el proyecto de Pajares de los Oteros, un sueño cumplido a 45 kilómetros de la capital, deonde FlyBy School encontraba acomodo y espacio para desarrollar sus proyecto formativo.

Pero con los nuevos propietarios que tomaron el mando, comenzaron las desavenencias. Un largo tiempo de desencuentros empujó a la escuela de pilotos, que contaba en aquel momento con cerca de 150 alumnos, a encontrar acomodo en el Aeropuerto de León. Comenzaba la primera negociación, que como esta última, no pudo cerrarse con éxito.

La razón no es otra que la que apunta a que la base de La Virgen del Camino es militar con uso civil gracias a un convenio entre Aena y Defensa que lo permite. Este hecho marca el sobrecoste de operar en las pistas del alfoz leonés, que tras hacer números no compensaron a FlyBy School, que decidió 'volar' a Burgos.

Pese a la mudanza, la empresa mantuvo la buena relación con la Universidad de León, donde permanece activo un simulador de vuelo habilitado para prácticas con monomotor de pistón, bimotor de pistón y un modelo de Airbus 320. De hecho en los próximos meses Flybyschool tenía previsto instalar en la ULE un segundo simulador específicio para prácticas vuelo de un modelo P206T.

«Llevamos así dos años y no hay solución. Hemos pedido implicación política y todo son buenas palabras, tanto desde el PP en la Junta como desde el PSOE a nivel local pero la realidad es que no hay hechos», explicaba el director de FlyBy School a leonoticias el 8 de noviembre de 2019, poco antes de volar a Burgos. Era el inicio de una marcha que ya no tiene retorno.

Meses después de aquel cambio de aeródromo, ya instalados en el aeropuerto burgalés de Villafría, la pandemia del coronavirus llegó a España.

Esta crisis mundial obligó a paralizar las clases y, como ocurre (y ocurrirá) en otros sectores, llevó al cierre obligado de una escuela de pilotos portuguesa. Días antes, en la última semana del mes de abril, el alcalde de León, José Antonio Diez, anunciaba que el Ministerio de Transporte ponía a disposición de la escuela de pilotos el Aeropuerto de León para sus vuelos formativos.

Una buena noticia (a priori) que en mayo se unió a la ventana de oportunidad para volver a la provincia que se abría ante el cierre del centro luso.

No había demasiado tiempo para actuar, pero el resultado podía ser más que satisfactorio a juzgar por la previsión, según se apuntaba en leonoticias el pasado 12 de mayo. El cierre de la escuela de pilotos lusa dejaba sin formación a cerca de 120 alumnos, que buscaban dónde proseguir sus estudios. «Hemos hecho un 'webinar' (sesión informativa online) con 55 de estos alumnos y creemos que podríamos acoger a entre treinta o cuarenta», aseguró entonces Álex Álvarez.

Flybyschool necesitaría contratar a doce personas, buscando poder hacerlo en el aeropuerto de la Virgen del Camino. «Nuestra base actual en Burgos no tiene capacidad para alojar este incremento de actividad por lo que necesitamos abrir una segunda base para el 1 de julio», confesaba entonces el gerente.

Eso sí, para 'aterrizar' en León necesitaba compromisos firmes. «Necesitamos de un mes como mínimo, contando con aviones adicionales, hangares, oficinas y tanques de combustible que adquiriremos próximamente». Álex apuntó a la antigua terminal, ahora cerrada, como un lugar ideal para poder desarrollar el proyecto.

Con aquel llamamiento volvió una negociación larga y finalmente infructuosa. Aquel 12 de mayo, el gerente puso una fecha límite para tener respuesta: el lunes 18. Los políticos de los distintos partidos y administraciones comenzaron a moverse (como ha agradecido FlyBy School), derivando en varios encuentros telemáticos en los que pronto aparecieron dos obstáculos que parecían insalvables.

Por un lado, las dificultades operativas, que fueron salvadas en la última reunión mantenida en la semana del 5 de junio, y las económicas, que pese a la rebaja del pago exigido por Aena para sufragar los costes extra no lograron ser razón para convencer a FlyBy. El ente solicitaba un importe adicional de entre 222.000 y 353.000 euros anuales además de los costes de alquiler por las instalaciones (40.000 euros anuales).

Largas semanas de encuentros y desencuentros que fueron apagando la esperanza, hasta el punto de que el gerente afirmó el 28 de mayo que solo un «milagro» permitiría a FlyBySchool seguir en León.

Finalmente el 5 de junio FlyBy School anunciaba la imposibilidad de operar en León por las exigencias económicas (que no existen en aeropuertos de carácter civil).

Fuentes consultadas cercanas a Aena apuntan a que, por ejemplo, en el caso del Aeropuerto de Matacán (Salamanca) existe una escuela de pilotos anterior a la creación de Aena que salva el pago exigido a FlyBy School, asegurando que las condiciones para la instalación de una nueva serían las mismas que para la escuela leonesa.

Por parte del Ministerio de Defensa, en respuesta a una pregunta del senador de Compromís, Carles Mulet, señalan que la viabilidad de la instalación de una escuela de pilotos en el Aeropuerto de León «estaría condicionada tanto por la aplicación del mencionado reparto de costes y compensación al Ministerio de Defensa, circunstancia que no se daría en el caso de los aeropuertos que son íntegramente propiedad de Aena».

En lo que respecta al citado Convenio, se indica que «para promover el desarrollo de esta actividad sería necesario proceder a la modificación de sus términos, de manera que los vuelos de escuela no se incluyan en el criterio de reparto y condiciones de compensación actualmente vigentes, evitándose de esta forma, el desequilibrio entre los ingresos obtenidos y los gastos incurridos por el gestor aeroportuario que esta actividad produciría con las condiciones actuales del Convenio».

Asimismo, «debe tenerse en cuenta que el aumento de las operaciones actuales atendidas en el aeropuerto, como consecuencia de la instalación de una escuela de pilotos, supondría un sobreesfuerzo en las labores de control aéreo que lleva a cabo el Ministerio de Defensa».

Esta institución defiende que sería «muy difícil de asumir por parte del Ejército del Aire, dado que constituyen un recurso crítico por su escasez, considerando, además, la dificultad de cobertura de sus vacantes en algunos destinos, entre otros, la Base Aérea Militar de León».

La consecuencia es clara. FlyBy School anunciará pronto su nuevo destino, lejos de la provincia que vio nacer a la escuela.

En las últimas horas, el secretario provincial del PSOE y diputado por León, Javier Alfonso Cendón, explicaba en un hilo de Twitter cómo ha vivido en primera persona la negociación de FlyBy School.