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Eva González es una de las 138 trabajadoras de Atento en León que, tras 23 trabajando, ha quedado en la calle tras la decisión de la empresa de realizar una movilidad geográfica a Madrid, modificando sustancialmente las condiciones de trabajo de los trabajadores de la compañía. La empresa Atento, vinculada al soporte técnico de Movistar en León, tomó esa decisión a mediados del pasado mes de junio, llevando a los más de cien trabajadores afectados a salir a las calles a manifestarse en busca de otras medidas.
Los trabajadores consideran que, al no haber aceptado las condiciones propuestas, se ha llevado a cabo «un ERE colectivo» no reconocido como tal por la empresa y que «en cuestión de menos de dos meses nos ha dejado a todos en la calle por no aceptar unas condiciones» que como indica la leonesa «no estaban claras y eran inviables».
Casi todos los trabajadores de la empresa en León tienen más de 40 años y una antigüedad mínima de 15, siendo para la gran mayoría la primera vez en su vida que se encuentran sin empleo «con las dificultades añadidas de la edad que tenemos y la complicada situación laboral en León», explica Eva, y añade que «hay gente a la que le quedan pocos años para jubilarse, pero que aún no tienen los suficientes años cotizados».
La extrabajadora remarca a su vez las difíciles condiciones laborales de un sector como es el telemarketing, «una movilidad bajo mi punto de vista inviable con estos salarios que tenemos», añadido a la rapidez de ejecución de todo el proceso de despido, que ha durado menos de dos meses hasta la firma de los finiquitos como fecha límite el pasado 23 de agosto.
Eva hace hincapié en el principal problema que han tenido los trabajadores, que ha sido «la incertidumbre» vivida durante todo el proceso, «en el que solo el sindicato CGT ha estado siempre con nosotros». Añade que solo les informaba el comité de empresa, pero que nunca llegaron a saber cómo serían las condiciones si aceptaban el traslado: «no sabíamos realmente que implicaba ni que días exactos tendríamos que ir a Madrid a trabajar».
Una situación en la que «estamos aún todos aterrizando», explica Eva y añade que «al menos» en su caso particular no cuenta con cargas familiares, pero debe seguir pagando una hipoteca, aunque conoce casos de otros trabajadores en los que ambos miembros de la unidad familiar han quedado en situación de desempleo con niños a cargo, lo que califica de «terrible».
«Si esto te pilla con 20 años todavía, pero somos gente mayor y nadie quiere irse de su casa», aclara Eva. El desconocimiento de las medidas que querían aplicarles y decisiones «que no veíamos claras», han desembocado en un despido «de malas formas».
138 personas en León, que suman 553 a nivel nacional, y de las que 525 han rechazado la movilidad geográfica y han sido dadas de baja de la compañía y 20 aquellas que la han aceptado con la modalidad de teletrabajo. Por su parte, quedan 8 personas pendientes por situación de maternidad o baja médica.
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