Un año después de la marcha que congregó a miles de personas en la provincia, promovida por los dos sindicatos mayoritarios, sus artífices rescatan los recuerdos de aquella jornada histórica.
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Enrique Reguero, secretario general de UGT León, recuerda los nervios iniciales que se apaciguaron «cuando ... vimos que las calles eran un clamor de gente gritando basta ya de tomaduras de pelo en la provincia». Precisamente ese clamor y ese hartazgo y esos gritos de «¡Viva León!» es la imagen que se le queda del 16 de febrero de 2020. «Era un León que necesitaba respirar y salir de la situación que atraviesa».
Y es que hacía muchos años que no se veían en las calles a tantos leoneses reivindicando un futuro mejor. «Fue una forma de transmitir el despertar de un letargo en el que estamos sumidos la ciudadanía leonesa, de esa indiferencia, de ese pasar de todo y se ha visto que despertaba, que se ha encendido y que las fuerzas se han despertado».
Un año después, y con una pandemia de por medio, el resultado de aquella movilización ha sido escaso, como el propio líder sindicalista afirma. «Se ha hecho poco, por no decir casi nada, al tiempo que nos hemos encontrado un estado de alarma que ha trastocado muchas cuestiones».
De las consecuencias del 16-F nació la Mesa por León, una agencia en la que las administraciones «no han creído y no lo ponen fácil». «Hemos sido pacientes, intentando sacarla adelante, pero es el momento de la reivindicación y que no piensen que les va a salir gratis».
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Reguero opina que los políticos sólo entienden las cosas «cuando en la calle hay a partir de 30.000 personas y solo así entienden que hay un problema en León». Además, ha dado un tirón de orejas al Gobierno de España tras los últimos PGE, en los que se refleja inversión en zonas donde los representantes políticos defienden su tierra y tienen voz en el Congreso. «Saca más un diputado por Teruel que todos los diputados y senadores de León; hay que hacer un llamamiento a la clase política para que empiecen a pedir algo para León y no solo ser sumisos a las directivas de sus partidos».
De aquel 16-F, que ve aún presente, se queda el representante de UGT con una ciudadanía más inquieta y crítica, también con los sindicatos, y que si no ven inversiones reales para su provincia volverán a salir a la calle, cuando las condiciones lo permitan, en otra manifestación que augura histórica.
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R. Fariñas
Santiago Fernández
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