La enfermedad mental en León: desde los 20 años, crónica y por «exigirnos ser felices»

Los psicofármacos conocidos como «antidepresivos menores» y «ansiolíticos» son los que más se consumen actualmente y, el problema radica en el «mal manejo» de estos, lo que supone problemas de «tolerancia y dependencia», tal y como remarca Rodríguez a este medio.

La fiabilidad de los fármacos para controlar problemáticas tan comunes hoy en día como son el insomnio o la ansiedad, que suelen ser antipsicóticos a dosis bajas, ayuda, según indica el jefe del Servicio de Psiquiatría, a evitar el uso de otros fármacos con perfiles «más adictivos».

Como indica Rodríguez, la pandemia ha cambiado nuestra mentalidad de tal forma que se ha puesto en un primer plano la «auto exigencia de ser felices». Esto ha hecho que cada vez la población esté menos preparada para sobreponerse a «meras situaciones vitales cotidianas» y les lleve a demandar antidepresivos, ansiolíticos «o lo que haga falta».

Como ya llevan años avisando los expertos, los ciudadanos se están convirtiendo en «drogodependientes emocionales», con vivencias frenéticas a base de impulsos y emociones. Todo esto lo resume Rodríguez con el título de la famosa canción de la banda británica 'Queen': «I Want It All and I Want It Now» («Lo quiero todo y lo quiero ahora») y lo asocia al peligro por la constante búsqueda de «nuevas sensaciones» que lleva, sobre todo a los adolescentes, al consumo de estupefacientes con sus consecuentes efectos sobre la salud mental.

Como explica Rodríguez, la enfermedad mental «debuta en los 30 años», aunque puede darse antes, y frecuentemente «tiende a ser crónica». Y pese a que la salud mental «no entiende de géneros», existen ciertos trastornos que pueden ser «más prevalentes en un sexo u otro».

Además de los servicios de psiquiatría del edificio Virgen Blanca del Hospital de León, y de las consultas de esta especialidad en los principales centros de salud de la ciudad, León cuenta con un Hospital destinado en exclusiva a la salud mental, como es el Hospital Santa Isabel. Este edificio incluye diferentes unidades de hospitalización, contenidas en la Unidad de Rehabilitación del Servicio de Psiquiatría del Caule.

Un hospital que, en la actualidad, cuenta con algo más de 100 pacientes ingresados, pero en el que hace unos 40 años «llegó a haber más de 500». Dedicado principalmente al proceso rehabilitador, este hospital atiende a personas «con enfermedades mentales graves», como son «psicosis, TOCs o trastornos afectivos graves», así como a pacientes con discapacidad intelectual que padecen estas enfermedades.

Todas estas unidades se encuentran compuestas por equipos multidisciplinares formados por psiquiatras, psicólogos clínicos, enfermeros y técnicos de cuidados auxiliares de enfermería (TCAE), trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales. Son los terapeutas quienes realizan las actividades y «su labor motivadora» hace que los pacientes acudan de forma «totalmente voluntaria» a estas actividades como algo rutinario.