Drotium inicia el mapeo de León para poner en marcha el circuito de pruebas de coches autónomos en 2020

Desde hace más de tres años avanza en su objetivo de convertir a León en el modelo de la ciudad del futuro, en una ciudad patrón del modelo Nertra –Nueva Era del Transporte-, cero contaminación, cero embotellamiento y cero siniestralidad, es decir, convertir a las ciudades en un entorno más amable, con mayor calidad de vida.

Un objetivo que requiere, señala Antonio Yuste, responsable de Drotium, intervenir en la movilidad, principalmente en las ciudades, donde se concentra la población y, por tanto, donde se necesitan soluciones de movilidad eficientes, «que no pasan por embotellamiento, el atasco o por seguir fabricando turismos sino fabricar soluciones de movilidad sin invadir la ciudad, sin determinarla ni abusar de ella».

Un objetivo en el que avanzan tras haber superado el principal escollo: el apoyo de las administraciones. Tres años después, Drotium ha logrado alinear a Gobierno, Junta de Castilla y León y Ayuntamiento para convertir a la capital leonesa en un circuito de pruebas preindustirales y precomerciales de los coches sin conductor.

«Era imprescindible y hemos conseguido que España sea el primer país de Europa con tres administraciones alineadas, algo que nos ha llevado mucho tiempo pero finalmente hemos logrado que se impulse legislación proclive a la movilidad autonómica y más favorable que en el resto de Europa lo que nos permite estar por delante».

El siguiente paso, que el proyecto entre en los presupuestos de las tres administraciones en el ejercicio del 2020 para empezar a trabajar para «retrasmitir desde León al mundo cómo van a ser las ciudades del futuro inmediato y explicar cómo va a ser el tráfico no tripulado y totalmente automatizado, un tráfico muy amable, que recupera las ciudades como principal activo cívico».

Un circuito que, en primer lugar, tendrá carácter experimental en el campus de la Universidad de León para, posteriormente, extenderse al conjunto de la ciudad y al alfoz «en un periodo breve de tiempo», siendo necesario alinear todas las estrategias y definir quién va a explotar los datos que va a obtener Drotium.

Para ello, previamente se realizará un mapeo 3D en paralelo al Centro de Gobierno Nertra, desde donde se organizará y regulará el tráfico y desde donde se podría asumir remotamente el control del vehículo, evitando de esta forma cualquier accidente, para posteriormente sacar los vehículos.

«Una vez mapeado, los servidores en marcha y el Centro de Gobierno Nertra creado, la siguiente fase pasa por empezar a entrenar la inteligencia artificial con estrategias de aprendizaje profundo para alcanzar el nivel 5 de conducción autónoma –automatización plena-. Eso nos llevará tres años, es decir, entre 2020 y 2022», señaló Yuste.

Después, entre 2023 y 2024, Drotium prevé poner en circulación vehículos de fabricación propia, prototipos electro propulsados, autónomos totalmente y proactivos, es decir, preparados para desarrollar el nivel 6 de conducción autónoma, cuando el tráfico se automatiza completamente y donde el vehículo está preparado para ceder competencias de alto nivel al Centro de Gobierno Nertra.

En esta fase, señala Yuste, los vehículos llevan inteligencia suficiente para tomar sus decisiones de forma que el Centro de Gobierno Nertra solo proporcionará información predictiva para que los vehículos tengan constancia qué les va a ocurrir dentro de una determinada distancia. De esta forma, se le reservará misiones de alto nivel, como es acelerar o desacelerar o modifcar el trayecto ante posibles averías o congestiones «dado que tiene una visión global de tráfico frente a la parcial que tiene el vehículo». Al fin de cuentas, el Centro de Gobierno Nertra se nutrirá de la información que le prestan todos los vehículos que están circulando en el entorno.

La previsión, señala Yuste, es que en ese periodo se recorrerán unos seis millones de kilómetros a razón de 300 kilómetros diarios y 250 días al año. Para ello, los coches estarán circulado entre siete y ocho horas hasta alcanzar los 10.000 kilómetros que se necesitan para refactorizar el algoritmo, es decir, para definir el comportamiento del vehículo.

«Google utiliza 18.000 kilómetros para refactorizar aunque ellos lo hacen con mucha capacidad de choque y nos con laboratorio previo. Nosotros estimamos que se necesitarán unos 10.000 kilómetros hasta lograr el comportamiento que esperamos del coche. Puedes definir que esta maniobra que hizo el coche tiene un error de 30 centímetros y un ángulo de aproximación que no es correcto y lo quiere depurar y eso implica mucho entrenamiento, kilómetros y kilómetros».

Eso sí, en una fase inicial las pruebas se realizarán en circuitos exclusivos para ello, en horas con poco tráficos o con carriles cerrados. «Se empieza poco a poco para luego ir reservando cada vez más espacio para los coches autónomos hasta lograr que los convencionales desaparezcan. Esto lo decidirá la administración», apunta Yuste.

Y, ¿cuándo será eso? A su juicio, pronto, dado que la presión para reducir la siniestralidad y la contaminación es altísima y cada vez hay más legislación en vigor que no es reversible. De ahí que desde Dodrium estimen que se avecinan grandes cambios en poco tiempo.

«La ruptura tecnológica ya se ha producido. Aunque la opinión pública no lo vea, desde el punto de vista de laboratorio y de experiencias de cambio ya es una realidad. Al fin de cuentas, para la opinión pública no se produce un cambio hasta que no sea masivo pero eso no quiere decir que el cambio no se haya producido o esté previsto o no vaya entrar en fase industrial».