Los donantes se hacen jóvenes: «Si con una bolsa salvo tres vidas, volveré»

En la cola antes de subir al bus hay risas nerviosas y muchas ganas de demostrar que los jóvenes son altruistas.

Los nervios de la primera vez que acude al autobús de donanciones son compartidos por Ana, una estudiante de Ciencias Ambientales de 18 años, con sus compañeras de carrera, Leonor y María. «Me enteré de la campaña, vi el bus y pensé que era el momento de hacerlo».

Ya sobre la unidad móvil de donación que el jueves se situaba frente a la Facultad de Educación del campus de Vegazana se encuentra Jimena.

Con una sonrisa que se intuye de oreja a oreja debajo de la mascarilla, esta leonesa de 19 años y estudiante de educación primaria afronta la primera de las que prometen ser muchas donaciones.

«Cuando cumplí los 18 siemrpe dije que quería donar como mi padre. Cuando vi que venía a la facultad me dije que era el momento porque es muy importanet ayudar».

Sin ningún miedo a las agujas y tomando nota de las recomendaciones de las sanitarias para recuperarse a la perfección tras la donación, Jimena anima a todos los jóvenes a donar y acudir al autobús que cada miércoles se sitúa frente a Botines.

Noemí, estudiante de Derecho y Paula, de Biotecnología, acompañan en las camillas a Ana y Jimena. Las motivaciones para donarse repiten y el compromiso para vovler a hacerlo, también.

«Me dijeron que con una bolsa de sangre puedo ayudar a tres personas y me dije 'por qué no'. Esta es mi segunda donación desde verano», comparte Noemí.

Estas cuatro jóvenes son solo un ejemplo de la soliridad que a lo largo de esta semana se ha repetido en el autobús de donaciones de los donantes de sangre y que suma a la gran familia que es la hermanad de donantes de León nuevas generaciones.

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