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Con solo 21 años, acompañado por un grupo de amigos y con ese cosquilleo que da las primeras veces, José Luis García Gómez cruzaba las puertas de un hospital invitado por un amigo para realizar un acto que desde entonces se convertiría en una rutina « ... que llevo por libro» y que ha cambiado su forma de ver la vida.
Cuatro décadas después de aquella primera vez las venas de este burgalés pero leonés «de adopción y de corazón» ya son expertas en esto de donar. Con 172 donaciones a sus espaldas, es el miembro de la Hermandad de Donantes de Sangre de León que más plasma ha donado.
Maestro de profesión, José Luis se dio cuenta desde joven de la importancia de este acto altruista y así se lo trasmitió siempre a alumnos, padres y compañeros. «Me di cuenta de que se necesitaba sangre y en mis clases siempre he tenido carteles e información para concienciar a los pequeños de la importancia de este gesto».
Como donador casi universal al ser del grupo 0+, la sangre de José Luis ha servido, además de para transfusiones a todos los demás grupos, para la investigación y «lo que haga falta para el desarrollo de la ciencia».
Coincidiendo con el 50 aniversario del nacimiento de la Hermandad de Donantes de Sangre de León, su mayor exponente lanza un mensaje «tanto a jóvenes, como medianos como maduros»: «Que se animen a donar, que no tengan ningún miedo porque la sangre hace falta. Es el mayor gesto altruista el entregar lo más preciado que tenemos».
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