El bus discrecional pide a pie de calle salir del olvido administrativo tras perder el 95% de su facturación en León

Cerca de una cuarentena de autocares han marchado para denunciar «el olvido de las instituciones» ante la situación «crítica» que atraviesa el sector, ya que no están recibiendo ayudas como el transporte regular.

La asociación Direbus convocaba a estos trabajadores ante las pérdidas de facturación que son del 95% y para solicitar un aplazamiento de los pagos del leasing, impuestos como la ITV o el de circulación, que se amplíe la antigüedad de los vehículos de 16 a 18 años -como se hace en Europa- y la flexibilización de los Erte al calcular que no llegarán al 50% de la actividad hasta marzo de 2021. El sector calcula que se podrían perder hasta un 40% de las empresas de la provincia si no se toman estas medidas.

León cuenta a día de hoy con 400 autobuses discrecionales que emplean a 600 conductores. En septiembre, «con suerte» esperan recuperar un 5% de la facturación gracias al regreso del transporte escolar, pero el resto no volverá hasta el próximo año.

Los servicios más habituales de este tipo de transporte se encuentran en la actualidad paralizados debido a la emergencia sanitaria, y a pesar de que la mayoría de coches ya cuentan con sistemas de ozono en el aire acondicionado y se desinfectan tras cada uso.

Los viajes del Imserso, el transporte escolar, las bodas, los traslados a congresos, excursiones de asociaciones y viajes con equipos o de aficionados son algunos de los trabajos que han dejado de realizar desde el 14 de marzo. «Y la previsión es que este año ya está muerto, salvo lo que hagamos en septiembre y octubre, porque noviembre y diciembre son ya meses flojos y este año serán de cero», lamenta el delegado de Direbus en León, Ángel Martínez, quien solicita ayudas y exenciones para que el sector no acabe por hundirse del todo en la provincia.