La discoteca en la que trabajaba el leonés, «sin fuerza para abrir»

Tras el grave altercado, la discoteca hacía pública su consternación en redes sociales, denunciando la trágica situación vivida y remarcando que «Dali no tolera ni tolerará ningún tipo de agresión física ni de índole racista». La discoteca ha aplazado los eventos organizados para este fin de semana asegurando que «ni los trabajadores de Dali, ni la dirección nos encontramos con la fuerza suficiente como para mantener abiertas las sesiones de discoteca».

Además, desde la entidad han querido enviar un mensaje a su público en el que «agradecemos enormemente los mensajes de apoyo y de cariño que nos estáis haciendo llegar en estos momentos a todo el entorno de Carlos, y a esta que fue su casa», indican en el comunicado.

Por último, en la publicación emitida via Instagram hacían referencia a la empatía esperando que «entendáis lo complicado de gestionar estos momentos» y denunciando que «hay quien se está aprovechando de esta trágica situación para hacer daño tanto a Dali como a la memoria de Carlos de una forma oportunista y no podemos permitirlo», aseguran desde la discoteca, añadiendo «desde estas líneas, nuestra más rotunda condena».

Carlos Amorín tenía varios perfiles en redes sociales en los que denunciaba situaciones de violencia en Navarra, compartiendo noticias de diferentes medios y participando en entrevistas en televisiones generalistas y en medios locales.

En una de sus entrevistas para Noticias de Navarra, el portero hacía hincapié en el aumento significativo de la violencia en los últimos meses. «Siendo una ciudad pequeña que cuenta con unos 200.000 habitantes y con cuatro cuerpos policiales, está creciendo mucho la delincuencia», declaraba el leonés en marzo de este mismo año.

«Han aumentado el número de robos con fuerza, homicidios, agresiones sexuales, lesiones por arma blanca», aseguraba el portero a los medios. También participó en el programa de En Boca de Todos, de Cuatro en el que él mismo aseguraba «presenciar situaciones de violencia cada fin de semana». Según confesaba al entrevistador de este medio, «a los porteros de discoteca nos ven como si fuéramos personal de seguridad privada y no tenemos medios para defendernos, no tenemos grilletes, no podemos utilizar armas de defensa, tenemos las manos atadas».