En directo | Lo «único» que pudo causar la muerte de Mario fue la herida por arma blanca

Los amigos del herido localizaron al acusado por Instagram tras realizar sus propias averiguaciones y sabían hasta a qué gimnasio iba.

Le describieron como “una persona muy morena, tipo moro o gitano” y que su objetivo era “hacerse el chulo” y no intentar robarles dinero.

Unos agentes, que acudieron de incógnito, encontraron a otro grupo que se había topado con “unos jóvenes” que le habían puesto “la navaja en el pecho por hacerse los duros delante de las chicas”. Se habían ido en un coche del mismo color en el que viajaba el agresor de Mario.

Las patrullas corroboran sus versiones en cuanto atención al herido, intervención e inicio de la investigación demarcando las zonas donde pudo producirse la agresión.

Otro policía declara

La descripción que dieron del agresor era que era “delgado y, posiblemente, de etnia gitana o moreno”.

Llegó al lugar y atendió al paciente. El herido estaba consciente y le trataron. “La herida parecía grande y profunda”.

Declara otro agente de policía

Los jóvenes explicaron que estaban de botellón, que llegó un grupo de unas seis personas y que se habían puesto a agredir.

Intentaron buscar el arma por el entorno del pabellón y buscaron la zona con sangre para acordonar la zona.

La herida era “muy grande”, en el centro hacia la derecha. Le recordó a “una placa policial” por el tamaño.

Se encuentran al joven atendido por otro grupo tras ser apuñalado. Los compañeros que asistieron al lugar de la Policía Local pidió dejar ver la herida “de cierta importancia” y la volvieron a taponar.

Declara un oficial de la Policía Local

El abogado pone en duda la aplicación de adrenalina en una parada cardiorrespiratoria “por posibles heridas internas”. Plantea la realización de una traqueotomía. También debate si 155 pulsaciones por minuto es un ritmo “inestable”.

Hubo respuesta inicial tras una primera parada cardiaca, pero volvió a caer. Está “completamente segura” que se le dio la atención correcta. La médico que la atiende es que con las lesiones que traía es “muy posible” que le hubieran generado la muerte. Era “poco probable” que hubiera patología previa y la actuación previa no lo alteró. “Lo único que pudo causarle la muerte” fue la herida por arma blanca.

La pérdida de sangre masiva hace que el corazón no tenga sangre para bombear. Esta situación tiene tintes de “irreversibilidad”.

El equipo médico trabajaba en previsión de una parada cardiorrespiratoria, que es lo que posteriormente ocurrió.

Atendió a Mario en el box de críticos. Estaba pálido, con respiración mala y en una situación “extremadamente grave”.

Comparece otra médico que atendió a la víctima

Mario Fuentes entró al hospital “más estabilizado” que cuando le recogió la ambulancia.

El médico no recuerda que la víctima “tuviera alguna herida” que pudiera ser producida durante una pelea.

El magistrado presidente vuelve a parar al abogado de la defensa por la forma de interrogar al médico.

El médico ha visto “otros casos similares” que han salido adelante.

La situación era “grave y con riesgo vital”, por eso se calificó como en estado crítico.

La segunda vía se cogió en marcha, algo que no se debe hacer, por la situación del paciente.

“Hicimos lo correcto, lo que haríamos en otro cualquier paciente tipo de este calibre”.

La sospecha de que tuviera un gran vaso afectado no “lo sospechamos nadie”.

Presentaba un grado de agitación, con un efecto memórico -por ingesta de alcohol- y con la herida. Recuerda que tenía “sangre seca” alrededor de la herida y ya no sangraba.

Declara el médico que atendió a la víctima en la ambulancia

El presidente vuelve a amonestar al abogado de la defensa por “improcedente” en las formas de dirigirse al declarante.

El herido llegó al Caule “con vida y consciente”. Sin embargo, paciente frío, sudoroso y con taquicardia es “crítico”. La herida en el tórax es de “riesgo de muerte inminente”.

“Por tipo y tamaño de herida”, el enfermero que le atendió cree que tuvo que ser un arma blanca.

El aviso se produjo a las 3:52, llegada a las 4:05 y al centro hospitalario regresaron a las 4:21 horas.

La situación fue “muy rápida”, descarta “circunstancias extrañas” durante la atención.

Era un paciente “crítico” y había que atenderle “cuanto antes”. Le cogieron otra vía durante el camino.

Pusieron oxígeno, taparon la herida, administraron analgésico tras establecer una vía.

Cuando llegaron, Mario estaba consciente, con dificultad de respiración -disnea-, sudoroso y signos de ‘shock’. Estaba compensado “por ser joven”. Se quejaba de dolor.

Asegura que su actuación fue “muy rápida” y en “unos 30 minutos” acudieron, atendieron y volvieron al hospital. La llegada de aviso fue en el teléfono de la guardia y el médico le dice que hay “un chico con una herida en el pecho por arma blanca”.

Habla el enfermero que atendió a la víctima

Atendió al fallecido Mario Fuentes en el lugar de los hechos. Acudió con otros compañeros de guardia desde el Hospital de León hasta el descampado.

Vivía en casa de sus padres, pero a veces estaban fuera. Se quedaba a pernoctar en su casa “por temas personales” por diferentes motivos.

Le dijo que había “rajado algo” y después se quedó sin responder. “Yo le veía que estaba preocupado”.

El amigo del acusado “pasaban juntos la tarde”. Figuraba como domicilio de Jorge Cervantes su propia casa. Tuvieron una conversación “muy corta” por WhatsApp.

El acusado le confesó que quería “mejorar su vida, cambiar amistades y salir de León”. Quería tener un trabajo en el ejército y estudiar su carrera por la Uned.

Su contacto fue una profesora de latín y griego que le narraba a la testigo que “era un niño muy especial, con intereses no correspondientes a su edad y que quería superarse. Su actitud fue impecable”.

Acudía a encuentros con políticos y hablaban sobre la situación en León, también actividades culturales. Él llegó por una asociación de la universidad y empezó a formar parte; iba a las actividades y mostraba interés.

Él le decía que “siempre estaba solo” y ella se preocupaba de él. “Le decía que por qué no iba a clase”.

En su comunicación, la insistió durante varias veces el “te juro que me mataban” como posible causa de su agresión mortal.

El día de los hechos, se levantó, puso ‘leonoticias’ y comprobó todo lo que había pasado y que su joven amigo ya había sido detenido.

Jorge Cervantes quería ir al ejército, cambiar su vida y salir de León. Sin embargo, solo se movía del gimnasio a la facultad. Su amiga le aconsejaba porque “se dormía” y no quería salir.