Juicio por asesinato en León

Jorge Cervantes le dijo que «tirase» porque «le había pinchado»

Una testigo se cruzó con el acusado y que le enseñó, en modo de amenaza, a otro amigo de su grupo.

El siguiente declarante también tuvo “un encontronazo” porque el agresor le puso “la navaja encima”. Poco después se enteran de que una zona cercana ha ocurrido algo porque la policía se pone en contacto con ellos.

Un nuevo testigo explica que tuvo un altercado con el acusado minutos antes del hecho principal. Amenazó a dos personas con la navaja que posteriormente agredió a Mario Fuentes.

“Un chaval del otro grupo se cayó al suelo. Se seguían peleando, empujándose y con algún golpe”, explica este testigo. Pero en este momento no ve la navaja. La cosa finalizó cuando se desplazaron al medio del descampado y en ese momento decidió irse solo, detrás apareció otro testigo y se fueron en el coche.

Está ya testificando un nuevo testigo

Sabía que Jorge llevaba una navaja porque la vio en el piso de Padre Isla. Uno tenía una espada samurái y el acusado mostró su arma. “Era grande y me extrañó”.

La fiscalía recuerda que el testigo vio a Jorge y otro amigo corriendo detrás de Mario. Ahora dice que sí vio al acusado “hacer aspavientos” con la mano, pero no puede determinar si era una navaja.

La defensa del acusado protesta por exponer estas contradicciones que el presidente va a permitir a la fiscalía. Considera, además, que no existe deducción de testimonio.

La fiscal deduce testimonio de uno de los testigos. Se incorporarán para revisión del jurado popular la declaración que realizó en su momento y la actual.

Vio a Jorge quejándose de un golpe. Después de sobreponerse del golpe, el otro acompañante le dijo de marchar y no se enteró de nada de lo que había pasado hasta el día siguiente.

Otro testigo presta declaración

Recuerda que Jorge “había bebido mucho”, y también siguieron haciéndolo en el descampado.

Afirma que “alguien comentó” que la víctima pudo golpear en la cara y en la nariz del agresor de forma previa.

Mario huía de Jorge, reconoce.

En el interior del coche, el conductor ofrece “dejar a cada uno en casa y que mañana será otro día”. Jorge le dijo que “tirase” porque “le había pinchado”. Pero el testigo no ve la navaja hasta que le deja en Villasinta.

Reconoce que el agresor iba “con rabia” y Jorge le pide que vayan para el coche.

“Vi a Jorge intentar meterle un puñetazo en un costado”, afirma. Después fueron al coche porque “se había acabado ya la cosa”.

Un amigo estaba en el suelo, fue a separar y ver qué pasaba, y empezó la trifulca en la que “se pegaron todos”. En un momento ve a Jorge -el acusado- sangrando por la cara y “un poco alterado”. Y ve al fallecido “alterado y corriendo”. No recuerda más.

Considera al acusado “conocido” del gimnasio.

Declara otro de los jóvenes que estaba con el acusado

La actitud del acusado era “normal”, aunque reconoce el testigo que ya la había enseñado con anterioridad en otro altercado.

El testigo afirma que el detonante fue “que le pegaran” a él. Entonces empezó la pelea.

Reconoce el “error” de no pensar en la víctima y que “instintivamente” pensaron en huir.

Los dos acompañantes del acusado hablaron sobre que la navaja “se la había clavado en el pecho” y se enteró a la mañana siguiente de que Mario Fuentes había fallecido.

También vio al acusado “en una dirección” pero desconocía si iba “a por alguien”.

Vio otra vez a Jorge con la navaja. Uno de los chicos le da puñetazos y se cae al suelo aturdido, mientras desde el suelo ve a Jorge con la navaja y la gente “se asustó y se separó”.

“Ellos eran más de diez. Yo recibí algún golpe y di algún golpe”, explica.

El grupo del fallecido tenía un altavoz con música y en una aproximación “un chico me empieza a empujar y me dice que qué hago”. En uno de esos momentos, una persona le pega un puñetazo y le tira al suelo. Cuando volvió, ya se había formado la tangana.

Llevaron bebida a la zona de los merenderos, pero ni lo tomaron porque hubo el altercado. “Pasó una chica, hablaron con ella y se debió de sentir incómoda. Vinieron unos amigos suyos y se la llevaron, hablándonos de forma despectiva. Uno de los chicos se envalentonó y le pegué un tortazo y se apartó. Jorge sacó la navaja y le recriminé que lo hiciera”.

Asegura que el acusado era un “conocido” al que había visto tres veces en la vida.

Testifica uno de los amigos del acusado

El presidente recrimina al abogado, como letrado “respetuoso”, que lo retome para las preguntas. Considera que ha contestado repetidamente lo que ha visto y lo que no. También reclama a la sala que se eviten manifestaciones o aspavientos. El letrado considera que no ha faltado al respeto.

Sobre Mario: “Era un chaval de puta madre. Le conocía de dos días y para mi ya era como mi hermano”.

El testigo afirma que el acusado “sacaba la navaja a todos”.

“En cuanto le clava el cuchillo, Mario se arrodilla en el suelo y le tuvimos que ayudar. Estaba agonizando”.

El declarante vio la puñalada de forma directa: “Le clavó el cuchillo en el pecho”. Después escuchó cómo decía “se lo he clavado” y el acusado echó a correr con sus amigos.

“La tomó con Mario y cuando se dio la vuelta, sin pensarlo, se lo clavó”

“Estaba todo el rato con el cuchillo en la mano”, explica sobre la actitud del acusado. También sus amigos le pidieron que lo guardara, pero no lo hizo. Mario se alejó a medida que se acercaba el agresor.

El testigo recuerda que llegaron unos chavales en un coche y empezaron “a meterse en movidas y a discutir”.

Se reanuda la sesión con una nueva declaración

Receso en la sala tras la última declaración

El presidente recrimina al abogado “veterano” pida la suspensión de la causa que no le corresponde al magistrado. Entiende que pueda “perseguir” una declaración, pero rechaza un posible careo. El abogado afirma que quiere descubrir “la verdad real” y presenta protesta ante la negativa al careo.

El abogado del acusado pide la suspensión de la causa en una decisión “sorpresiva”, tal y como tilda el presidente, tras solicitar un careo entre dos testigos.

Mario le parecía “una muy buena persona” por como trataba a la gente.

El giro de Mario fue “por comprobar” si había alguien cerca. Después de la agresión, el otro grupo se fue corriendo.

Llevaron a Mario a un portal y le ayudaron a taponar la herida mientras llegaban los servicios de emergencias. La víctima al principio estaba consciente, pero luego “se notaba que se iba”.

El testigo intentó sacar a la víctima de la escena. Recuerda a Mario ir corriendo a la zona más iluminada y cuando se gira pasa todo.

Recuerda que el acusado sacó la navaja y empezó a amenazar a la gente, también estaba insultando.

Declara un nuevo testigo

El testigo no vio que Mario tuviera una pelea o bronca previa con su agresor.