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La Diócesis de León se sumará este próximo domingo día 27 a la celebración de la Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado que, con el lema «Como Jesucristo, obligados a huir», pretende ser una llamada a la acción de toda la sociedad ... y una respuesta de la Iglesia a la preocupación que ha manifestado el Papa Francisco en su mensaje para esta Jornada cuando afirma que «a la luz de los trágicos acontecimientos que han caracterizado el año 2020 por la crisis mundial causada por la pandemia del Covid-19 y que ha empañado muchas otras emergencias humanitarias que afligen a millones de personas» para pedir «que esta crisis que estamos afrontando no nos haga dejar de lado a tantas otras situaciones de emergencia que llevan consigo el sufrimiento de muchas personas».
Esas circunstancias excepcionales impiden que este próximo domingo se celebre una eucaristía especial con la que la Diócesis se sumaba otros años a esta Jornada Mundial, pero desde el Secretariado diocesano de Migraciones, el P. Francisco Aller ha pedido que «en las celebraciones eucarísticas de cada parroquia se hagan visibles estos hermanos migrantes que quieren seguir viviendo su fe aquí en León, que puedan aportar su testimonio en esa jornada del Domingo y también estamos enviado los materiales que nos remiten desde la subcomisión nacional de Migraciones para que todos ellos puedan estar presentes en nuestras inquietudes, en nuestras preocupación, y también en nuestras oraciones».
A partir del lema de la Jornada y de la invitación del Papa Francisco a la concienciación ante uno de los desafíos más grandes que tiene planteados en estos momentos la Humanidad, desde la propuesta de cuatro verbos clave, «Acoger, Proteger, Promover e Integrar» y también desde la invitación directa a la acción que en el caso de la Diócesis de León se concreta en las iniciativas que desarrolla el Secretariado de Migraciones y Movilidad Humana, el P. Francisco Aller, destaca que «ante todo los que ha supuesto la pandemia hemos tenido que suspender todas las actividades presenciales y hemos seguido trabajando a través de las redes sociales, la comunicación por el teléfono móvil con grupos de whatsapp, para mostrar que estamos cerca de ellos cada semana comunicamos para saber cómo se encuentran y para que sepan que estamos pendientes de su situación y que no se encuentran solos, procurando que no se pierda ese contacto entre ellos y ese apoyo mutuo que veníamos haciendo en los encuentros, las salidas, las excursiones…».
«Lo que podemos hacer es tomar conciencia de que la Iglesia es de todos, es un hospital de campaña, es una casa universal y como creyentes tenemos que intentar conocer a esas personas para intentarlas comprender, porque nos son números, no son mera estadística, son personas con una vida, con una problemática y cuando nos acercamos y les conocemos podemos colocarlos en su situación y comprender su realidad desde la cercanía», afirma el P. Francisco Aller para concluir con una llamada a colaborar «como vemos que ha pasado en esta situación de la pandemia» y rematar con «esa llamada a ver en esos hermanos migrantes el rostro de Jesucristo, y que ellos, como le pasó al propio Jesús, han tenido que huir para salvar su vida en un panorama creciente de guerra y violencia como pasa en Venezuela, en Colombia, una situación ante la que, como nos recuerda el Papa, cantidad de familias y personas tienen que dejar su tierra en contra de su voluntad para poder salvar sus vidas».
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