La Diócesis pone en marcha el ciclo de formación con homenaje del Día de la Iglesia Diocesana a los misioneros leoneses

El obispo Julián López quiso remarcar la importancia de la labor de los misioneros y de la misión hacia afuera, ad extra, en otros países «con una acción misionera que recuerda el reto que supone para nosotros hoy avivar aquí ese sentido de la fe y mucho más en una Diócesis de marcado acento misionero, con cientos de misioneros, que ha mantenido un alto nivel de vida cristiana en gran medida porque el impulso misionero hacia afuera revitaliza también la misión hacia adentro, y por eso manifiesto mi alegría por este homenaje sencillo que me hace recordar ese homenaje que cada año hace en verano la Iglesia de León en ese Día del Misionero Diocesano y como una nueva ocasión para hacerle llegar nuestra gratitud y cercanía a todos esos misioneros de León que trabajan por todo el mundo».

Este homenaje del Día de la Iglesia Diocesana servía para cerrar la sesión miscelánea de apertura del Ciclo de Formación Permanente del Clero para este curso 2019-2020, que incluyó informaciones sobre el pasado encuentro bienal de obispos, vicarios y arciprestes de la Provincia Eclesiástica, que se celebraba esta pasada semana en Astorga, así como una presentación de las novedades en materia legal de protección de datos por parte de la delegada de protección de datos de la Diócesis, Carolina Bolaños y una información sobre la presencia y el trabajo que viene realizando en la Diócesis el movimiento familiarista de los Equipos de Nuestra Señora. Todo para la sesión inaugural de esta iniciativa de la Formación Permanente del Clero, con más de cuatro décadas de trayectoria en la Diócesis, centrada en el colectivo del presbiterio diocesano con celebraciones, convivencias y ejercicios espirituales, pero abierta también a los religiosos y a todos los fieles laicos que este año, tras dos cursos desplazada hasta la Casa de Espiritualidad de San Isidoro por las obras del futuro Museo Diocesano y de Semana Santa, ha recuperado se ubicación en el remozado Salón de Actos del Seminario Mayor.

Tras esta sesión de apertura de hoy lunes se irán sucediendo a lo largo de todo el curso en el marco de este Ciclo de Formación Permanente del Clero otras trece conferencias centradas en temas específicos del Programa Pastoral Diocesano, como la actualidad de la misión ad gentes, el trabajo de Cáritas en León, la familia cristiana, las nuevas formas de pobreza, el Congreso de Laicos «Pueblo de Dios en salida» y un ciclo específico centrado en eclesiología actual a lo largo del próximo mes de marzo.

A esta propuesta de conferencias magistrales que se celebran los lunes y que están abiertas el público general, el Ciclo de Formación Permanente suma otras convocatorias como seis jornadas de convivencia para el clero organizadas por sectores de edad, tres tandas de ejercicios espirituales, la celebración de la fiesta sacerdotal de San Juan de Ávila y el curso-convivencia para sacerdotes ya en el tiempo de verano.

Una oferta amplia que un año más ha preparado la Delegación para el Clero y que según su coordinador, José Sánchez, «presenta variedad en los temas y en las actividades, enfocadas hacia la formación principalmente de los sacerdotes, pero también abierta, sobre todo las conferencias, a la participación de quien lo desee. Y muchas de estas actividades están muy centradas en el Programa Pastoral diocesano, pero también hay otros temas de actualidad en la vida de la Iglesia como esas sesiones del mes de marzo de eclesiología y estudio de temas tan de actualidad en la vida de la Iglesia como el de la sinodalidad».

Según José Sánchez, este Ciclo de Formación Permanente «mantiene una respuesta satisfactoria, aunque vemos como se va reduciendo un poco la asistencia de sacerdotes, algo que se explica también porque hay también menos sacerdotes» y con esta nueva edición que ha echa a andar este lunes se pretende que «la formación se haga en un sentido amplio, no solamente a nivel de ideas y conceptos, sino cultivando todas las dimensiones de la persona, también la fraternidad y el encuentro en esas convivencias por sectores de edad, y en iniciativas como la excusión cultural de final de curso, el cursillo de verano, y, muy importante, la propuesta de ejercicios espirituales para sacerdotes como la que se está desarrollando esta misma semana en la Casa de Ejercicios de los Padre Claretianos para incidir en el cultivo de una dimensión tan importante como es esa dimensión espiritual».