El año 2018 registró el último caso de lepra en Castilla y León, en Burgos, por parte de un hombre de entre 35 y 45 años originario de Brasil. Una enfermedad que durante siglos fue sinónimo de estigma y aislamiento social, pero que aforunadamente hoy en día se encuentra prácticamente erradicada en España gracias a los avances médicos y sanitarios. Desde entonces, no se han reportado nuevos casos en la comunidad, lo que subraya el éxito de las estrategias de prevención y tratamiento de la enfermedad.
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Según datos del Registro Estatal de Lepra, en 2018 se notificaron seis nuevos casos de lepra en todo el país, distribuidos en comunidades como Extremadura, Cataluña y Castilla y León. Este único caso registrado en Castilla y León correspondía a una persona de entre 35 y 39 años cerrando una tendencia a la baja que comenzó a observarse hace más de una década.
Entre los años 2010 y 2018, Castilla y León reportó un total de nueve casos de lepra, según los datos disponibles sobre enfermedades de declaración obligatoria de Castilla y León. Estos casos eran personas de todas las edades, una incluso de entre 15 y 19 años. El último caso registrado en León fue en el año 2015.
El notable descenso en el número de casos no es exclusivo de Castilla y León, sino que refleja una tendencia nacional e internacional. A nivel nacional, el número de casos de lepra reportados ha disminuido significativamente en las últimas dos décadas. En 2022, por ejemplo, se registraron únicamente diez nuevos casos en toda España, cifra que descendió a seis en 2023, según cifras recogidas por El Norte de Castilla.
Este avance se debe, en gran medida, a los programas de detección precoz y al tratamiento con terapias combinadas que garantizan una alta tasa de curación. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue trabajando para erradicar la lepra en todo el mundo, especialmente en regiones donde aún se reportan casos endémicos.
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Aunque la ausencia de nuevos casos en Castilla y León desde 2018 es una señal alentadora, los expertos subrayan la importancia de mantener una vigilancia epidemiológica constante. En un mundo globalizado, donde la movilidad humana es cada vez mayor, es crucial estar preparados para diagnosticar y tratar enfermedades que podrían reintroducirse en áreas donde antes se consideraban ya controladas.
La lepra, causada por la bacteria 'Mycobacterium leprae' y afecta principalmente a la piel, los nervios periféricos y las mucosas. A pesar de su bajo índice de contagio, puede causar discapacidades permanentes si no se trata a tiempo. Es por ello que la detección temprana y el tratamiento adecuado siguen siendo cruciales.
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La ausencia de nuevos casos de lepra en Castilla y León durante los últimos seis años es un logro que pone en valor el esfuerzo conjunto de las instituciones de salud, los profesionales médicos y las estrategias de salud pública.
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Hugo García González
A nivel mundial, la lepra sigue siendo un problema de salud pública en determinadas regiones, especialmente en países en vías de desarrollo como India, Brasil o Indonesia, que concentran la mayoría de los casos globales según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Aunque la incidencia ha disminuido considerablemente gracias a los programas de detección temprana y tratamientos efectivos, cada año se notifican más de 200.000 casos nuevos en todo el mundo. La lucha contra la lepra, aunque controlada en muchos países, desgraciadamente aún no ha llegado a su fin.
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