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Tres lustros lleva el pórtico de la Catedral de León 'desvestido'. Fue en el verano de 2009 cuando se retiraron las 23 estatuas que vestían los pórticos de San Juan Bautista, el Juicio Final y San Francisco. La idea era proceder a restaurarlas para posteriormente volverlas a colocar en este mismo sitio. Lo que estaba prevista realizar en 15 meses ya va para más de 15 años, y lo que queda.
La restauración de estas estatuas culminó en 2015 y desde entonces permanecen depositadas de manera provisional en el claustro. Con el objetivo de que estas obras no se deterioren al estar expuestas a las inclemencias del tiempo, la idea que maneja el cabildo es realizar una réplica de estas esculturas para colocarlas en la fachada principal. «Nuestro propósito es hacer una copia exacta mediante escáner», sostiene el administrador de la Pulchra Leonina, Mario González.
El desacuerdo entre la Junta de Castilla y León y el Cabildo ha demorado esta intervención que acarrea varias dificultados. Por un lado, encontrar una cantera de piedra de la que salgan piezas en vertical de estas dimensiones.
Por otro lado, está el tema económico, el Cabildo calcula que cada escultura costaría entre 20.000 y 25.000 euros, es decir casi 600.000 euros en total. Un importe que el Cabildo no dispone, dado que «está gastando todos los recursos en restauraciones y mantenimiento» y que la Junta, de momento, no está dispuesto a pagar.
El último de los desencuentros entre ambas entidades es por dónde alojar las originales. Mientras la Junta aboga por trasladarlas a la antigua capilla de Santa Catalina en el Museo de la Catedral, el Cabildo propone alojarlas en las capillas de la Girola, argumentando que este entorno es más adecuado para su conservación.
El paso de los siglos es algo que achaca el propio pórtico de La Catedral. La restauración de la fachada principal también preocupa al Cabildo. «Necesita una intervención pero no sabemos cual, hay esculturas que ya están prácticamente desapareciendo sobre todo la de algunas columnas», señala el administrador de la Catedral de León.
En 2021 se puso en marcha un concurso de ideas para la elaboración de un proyecto de rehabilitación pero ninguna convenció al Cabildo ni si quiera la ganadora que proponía instalar un velo trasparente que se desplegará sobre la fachada principal. «Es muy difícil encontrar una solución factible porque cualquier sistema que pongas ahí cambia la fisonomía de la fachada lo que supondría alzar las críticas y con razón», explica González que añade que «hay que controlar la humedad, la temperatura, el sol, etc y es complicado encontrar algo que lo consiga sin alterar la visión actual».
En las casas grandes cuando terminas de arreglar una cosa ya hay que ponerse con otra, pues imagínense la Catedral de León. El administrador de la Pulchra Leonina, Mario González, la define como «una persona muy mayor que según la arreglas por un lado se estropea por otro».
Por eso, las intervenciones son constantes y la necesidad que llevarlas a cabo aun más. En la actualidad son muchos los puntos que necesitan una actuación de urgencia siendo solo unos pocos los que se están viviendo un proceso de restauración.
La falta de financiación por parte de las administraciones es algo que demanda el Cabildo. «Llevamos diez años en los que no ha habido ninguna intervención que haya sido sufragada por instituciones públicas», critica González.
En estos momentos, la Catedral de León está a la espera de que se produzca la restauración del trascoro. Esta joya del Renacimiento recuperará su esplendor con una intervención cifrada en 400.000 euros, que aportará el Instituto del Patrimonio Cultural de España, dependiente del Gobierno Central.
Además, continúan con el plan de restauración de vidrieras, que incluye también la piedra, iniciada hace más de diez años. «Nos quedan unos 800 metros cuadrados de vidriera, de los 2.000 que hay», detalla González.
Restaurar una vidriera lleva muchísimo trabajo pero ahora han aplicado un sistema en el que «la vidriera queda colgada como un cuadro. Ponemos por fuera una malla antioxidante, después viene un cristal especial que no da brillos y evita que el aire y el agua penetre y luego ya va la vidriera colgada en paneles de un metro más o menos. Con lo cual, si mañana hay que volver a restaurarlas solo hay que descolgarlas», explica el administrador de la Pulchra Leonina.
La Catedral de León vive cambios constantes, por ello, necesita la presencia permanente de un cirujano para seguir siendo un espacio vivo.
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