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Cualquier problema imaginable en Feve, se multiplica en el caso de León. Y no es nuevo. La 'vía estrecha' se mantiene en un punto muerto en la capital desde el 19 de septiembre de 2011, cuando la estación de Matallana dejó de escuchar el ... sonido de los trenes, que desde ese día se detienen en el apeadero de la Asunción.
Todo lo sucedido a partir de ese instante evidencia caos, falta de soluciones, desinterés y un olvido casi intolerable.
La plataforma viaria que llega al corazón de la capital está construida desde hace más de cinco años, pero por ella no circula ningún tren. No hay trenes en la estación de Matallana porque el laberinto de incongruencias supera todos los límites: hay problemas de seguridad, no hay tren-tran que puedan circular, los desarrollos legales no se han realizado y no existe un plan viable más allá de ocurrencias temporales. La última: utilizar autobuses de hidrógeno en ese tramo de 2,3 kilómetros de vía inutilizada e inutilizable por el momento.
Casi todo lo que ocurre en Feve en León es rocambolesco. Tanto o más que el último incidente vivido por la compañía hoy adscrita a Renfe cuando se ha descubierto que, después de poner en marcha un contrato 196,3 millones para renovar parte de la flota de la compañía, los trenes no entran por los túneles.
El encargo se adjudicó en el verano de 2020 y a día de hoy no se ha montado ninguno de los 31 nuevos trenes solicitados porque las dimensiones que se le dieron al fabricante, CAF, eran incorrectas. Habrían dado lugar a unidades demasiado grandes, que no entraban con seguridad en parte de los túneles de la red en Cantabria y Asturias, pero también en León.
Se trata de una equivocación de la que son copartícipes Renfe (empresa que opera los trenes y elaboró los pliegos del contrato), Adif (titular de la infraestructura) y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria (responsable de la normativa y la homologación de unidades).
En el plano técnico hay una solución aprobada para solventar el entuerto y la expectativa es que los trenes empiecen a estar disponibles «en dos o tres años», según reconoció a preguntas de El Comercio Isabel Pardo de Vera, la secretaria de Estado de Transportes, en su última visita a Asturias. En el orden político la cuestión está lejos de apaciguarse.
La situación que hoy ha alterado la normalidad ministerial no es nueva, ni mucho menos. En 2014 los representantes sindicales de Feve denunciaron un problema similar en el paso de los trenes en el Puente de Maristas. Mucho tren y poca vía de paso, venían a decir.
Sin embargo, en ese caso y al tratarse de un nuevo proyecto, la compañía ya venía trabajando con anterioridad a la denuncia sindical en la ampliación del puente.
El presidente de entonces, Álgel Villalba, siempre ha recordado que la reforma incluía la ampliación del ancho del puente «para el paso de dos trenes» además de un rebaje en la plataforma de paso para que se pudiera disponer de catenaria.
Fue un proyecto presentado dentro del plan de acción para la entrada hasta la estación de Matallana y siempre adelantado a la queja sindical «que estuvo fuera de lugar», ha recordado el entonces presidente en más de una ocasión.
La realidad hoy, sin embargo, es la visible con los trenes en La Asunción y con unidades envejecidas y en cuyos boguies se puede apreciar placas que evidencian el material que se utilizó en su elaboración: año 1966. Medio siglo largo, y siguen prestando servicio en la provincia leonesa.
Y mientras La integración de Feve en León capital va camino de convertirse en un problema irresoluble. Adif mantiene paralizado el proyecto a la espera de una solución técnica definitiva que permita llegar a un acuerdo entre las partes, esto es vecinos, compañía y el propio Ayuntamiento.
El único avance anunciado hasta la fecha es una inversión de Adif en la zona por 2,8 millones de euros para la ejecución del proyecto de urbanización del sector NC06-03 de León, ubicado en el entorno de la estación de Matallana.
La inversión permite sanear el área y abrir nuevas áreas verdes y de esparcimiento centro de la ciudad, y que comprende toda la zona del entorno de la estación de Matallana, entre la Avenida de Padre Isla y el Colegio Maristas San José.
La obra, en todo caso, nada tiene que ver con la infraestructura ferroviaria, que permanece abandonada a la espera de una solución definitiva.
La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, anunció el pasado sábado desde Castro Urdiales ceses «inminentes» en Renfe y Adif para depurar responsabilidades por el escándalo de los trenes para la red de Cercanías de Cantabria que tenían que llegar este año y que se retrasarán al menos hasta 2025 por un fallo en su diseño.
Dos días después, el Gobierno central ya ha puesto sobre la mesa las «cabezas» que reclamó el presidente regional, Miguel Ángel Revilla. Los cesados son el jefe de la Inspección y Tecnología de la vía de Adif y al gerente de Gestión de Material de Renfe Viajeros. Ambos participaron en la gestación del proyecto.
Tanto Renfe como Adif precisan que se trata de una medida preventiva, a la espera de que se conozca el resultado de sendas auditorías internas encargadas por la ministra por los problemas en el contrato. Además, las dos empresas públicas que, una vez que se conozcan las conclusiones, procederán a realizar los ajustes necesarios ne los protocolos para evitar que se produzca una situación similar.
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