Una delegación de la Diócesis de León participa en el congreso de laicos 'Pueblo de Dios en salida'

Una delegación integrada por once personas, en representación de la Diócesis, participará desde hoy viernes y hasta el próximo domingo en el Congreso Nacional de Laicos 'Pueblo de Dios en salida'. Este grupo de seglares, pertenecientes a parroquias y a movimientos y asociaciones de la Iglesia de León, como Movimiento Rural Cristiano, Acción Católica General, Laicado Vedruna «Camino», Pastoral de la Salud o Pastoral Obrera, tomará parte en los distintos itinerarios de trabajo en que se organiza esta cita que comienza hoy viernes día 14 a las 18 horas en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo de Madrid con una sesión inaugural que correrá a cargo del cardenal Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid. Hasta el domingo se irá desarrollando un programa que alternará ponencias, itinerarios y celebraciones, todo con el objetivo de «dinamizar el laicado en España partiendo del protagonismo y la participación de los propios laicos».

Y en ese objetivo se ha trabajado en la Diócesis de León a lo largo del último año, en un proceso de preparación de este Congreso 'Pueblo de Dios en salida' que tuvo hitos destacados en la celebración de la solemnidad de Pentecostés y de la Jornada de la Acción Católica y del Apostolado Seglar del pasado mes de junio y, de manera destacada, en la XVIII Semana de Pastoral de la Diócesis de León que el pasado mes de septiembre estuvo dedicada de manera monográfica a la preparación de este Congreso. Hitos sobresalientes que se han animado desde grupos de trabajo de base en parroquias, asociaciones y movimientos en los que han estado implicados directamente más de cuatrocientas personas, laicos de Iglesia, que han respondido a un cuestionario y han elaborado un material que sintetizó la Delegación diocesana de Apostolado Seglar y que fue remitido al comité organizador del Congreso para su incorporación al Documento de trabajo-Instrumentum laboris en el que se ha reunido este trabajo realizado en todas las diócesis españolas y que servirá de punto de partida para todo lo que se ha programado en este Congreso que hoy echa a andar en Madrid.

Las once personas que hasta el domingo acuden a esa cita de Madrid en representación de la Iglesia de León lo hacen como «laicos comprometidos en vivir el sueño misionero de llegar a todas las personas», y han compartido con las más de cuatrocientas personas que en toda la Diócesis han venido trabajando desde el inicio de este curso pastoral en la preparación de esta gran convocatoria de la Iglesia española el «anhelo de profundizar en nuestra vocación bautismal y en la comunión para la misión evangelizadora en la Iglesia y en el mundo» que planteaba aquí en León el pasado mes de septiembre el director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar, Luis Manuel Romero, en la conferencia de apertura de la XVIII Semana de Pastoral, dedicada de manera monográfica a ese trabajo preparatorio del Congreso.

A partir de esa Semana de Pastoral de septiembre, en parroquias, movimientos y asociaciones ha proseguido esa labor, protagonizada por laicos en acción y animada desde el lema «Somos una misión», que según el delegado de Apostolado Seglar, Teodoro Valbuena, se ha ido haciendo «con ganas e ilusión, para despertar ese protagonismo activo de los laicos tanto dentro como fuera de la Iglesia, conscientes de una misión que ha de estar marcada por la ilusión y el coraje de la corresponsabilidad». «Ha sido un proceso bonito, que dio pie a un documento de conclusiones que desde la Diócesis se remitió a la Comisión organizadora del Congreso», señala Teodoro Valbuena, quien considera que «en todo este trabajo ha ido saliendo una inquietud grande por la sinodalidad, ese hacer camino juntos, la formación, ponerse a la escucha del Espíritu; se incide mucho en la comunión, en el deseo de ir todos a una, en una Iglesia que esté como dice el Papa al lado de los más pequeños, los más pobres y esas personas que están fuera de la riqueza de las asociaciones y movimientos, nuestros laicos que están en las parroquias todos los días y que necesitan un 'ir uniéndose a…'; y nos hablan mucho a los sacerdotes de que hay todavía clericalismo y de que es preciso dar mayor formación para que ellos caminen de la mano de los presbíteros en ese papel que es suyo desde el día de su bautismo y que ellos son protagonistas de la acción, el Santo Pueblo de Dios del que habla el Papa y al que hay que escuchar más».

Un congreso en clave sinodal, espiritual y de discernimiento que sintoniza con el Plan Pastoral de la Iglesia de León, que desde 2015 se ha marcado la prioridad de «ser Iglesia misionera, en salida hacia las periferias existenciales, alegre de ofrecer el Evangelio de Jesucristo» para «llegar hasta los cristianos practicantes, pero también a los cristianos bautizados no practicantes, y a nuestros conciudadanos que no han recibido el anuncio del Evangelio» porque «el mandato misionero nos envía a todos». Y un congreso que el obispo de León, Julián López, ha querido remarcar en su reciente carta pastoral haciendo hincapié en tres palabras clave: sinodalidad, corresponsabilidad y comunión. «Estas tres palabras parecen sinónimas, pero cada una tiene matices propios: La sinodalidad quiere decir que el Congreso se realiza en régimen de escucha y de trabajo en común, como sucede en los sínodos y en los concilios. Corresponsabilidad alude, en primer término, a las actitudes personales de los participantes, pero también a su conciencia como miembros formados y comprometidos en la misión de la Iglesia en cualquiera de sus funciones y tareas pastorales: catequesis, liturgia, acción social y caritativa, apostolado general, ámbitos específicos como el trabajo, la familia, la educación, etc. Y comunión, la palabra más bella puesto que se refiere no solo a la unidad y cercanía de pastores y fieles sino también a la presencia y acción del Espíritu Santo que convoca, inspira, mueve, etc», precisa el obispo de León.

Además, Mons. López Martín indica que «a esta trilogía hay que añadir otra actitud que es previa en cierto modo, pero que puede y debe surgir en el ámbito mismo del Congreso mismo. Me refiero a la conversión pastoral y misionera, tanto a nivel personal como eclesial, como signo y exigencia de toda acción evangelizadora, atenta no solo al anuncio del Evangelio sino también al acompañamiento con alegría y perseverancia a todas las personas en sus anhelos, necesidades y esperanzas».

Y concluye esta carta pastoral el prelado legionense con un subrayado especial hacia ese «objetivo de impulsar la actuación de los fieles cristianos laicos en la Iglesia y en la sociedad, en clave plenamente evangelizadora y partiendo de la conciencia de la propia identidad laical en el conjunto de la vida y de la misión de la Iglesia. Atentos, por tanto, a las exigencias de la vocación bautismal y de la llamada a la santificación personal, pero respondiendo también a la dimensión propia del laicado de contribuir de manera responsable a la transformación del mundo. En definitiva, transmitiendo a todos un mensaje de fe y de serena alegría y esperanza ante los retos y desafíos que presenta la sociedad actual».