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Estanislao Nistal, durante la entrevista. Sandra Santos
Estanislao Nistal, experto virólogo leonés

«En una semana se frenará la curva, pero para que empiece a bajar habrá que esperar a finales de abril o principios de mayo»

El profesor de la Universidad San Pablo CEU explica en leonoticias todas las claves de la crisis del coronavirus en una entrevista mantenida por videollamada | «De esta experiencia aprenderemos, aunque sea con el palo», señala el experto

Nacho Barrio

León

Martes, 24 de marzo 2020

No sale de casa pero la actividad, lejos de disminuir, crece a diario. Su teléfono necesita conectarse al enchufe en varias ocasiones a lo largo de la jornada a juzgar por sus intervenciones. La videollamada es el pan de cada día de confinamiento de Estanislao ... Nistal, una de las voces más autorizadas en una crisis que iba a llegar y no supimos ver. Él confía en que, tras esto, aprendamos. Maneja un optimismo contagioso que se apoya en el saber, en conocimientos adquiridos por este virólogo leonés de prestigio que explica no sólo el pasado y el presente, sino también lo que vendrá a partir de ahora. De aquellos días lejanos en Toral de los Guzmanes saca lecciones de vida y de ciencia. Quién iba a decir que de aquella laguna que los viejos querían tapar surgiría tanta verdad empírica.

- ¿Cómo aparece esta pandemia? ¿Por qué no la hemos visto venir?

- Si miramos los periódicos vemos la evolución de todo. En el año 2003 tuvimos un aviso muy grande con el SARS, que a lo mejor no está presente en la memoria de la gente más joven. Fue un virus que causó un gravísimo problema en la comunicación entre países y nos puso en alerta. En aquel momento no fue tan exagerado como ahora, se empezó a trabajar en vacunas y antivirales, fuimos capaces de contenerlo y nos olvidamos. Diez años después llegó el MERS. Era un virus muy poderoso ante el que nos volvimos a llevar las manos a la cabeza y lo acabamos pasando, salvo casos aislados. Seguramente nos acordamos mejor de quién ha ganado la 'Champions' en estos últimos años que de estos pasados brotes de coronavirus. Esa falta de memoria y el no haber reaccionado a tiempo nos llevan a la situación actual, tras haber malgastando recursos en otras cosas y no en seguir desarrollando antivirales que se empezaron a desarrollar entonces que hoy podrían servir.

- ¿Fue la única señal?

- Otra cosa que nos ha costado entender es que la pandemia la podía causar un coronavirus. Estábamos esperando a que la siguiente pandemia fuera causada por el virus de la gripe. Tuvimos en 2009 lo que la gente llamó 'Gripe A', que no fue tan mortífera como en un principio se pensaba. Pero ahora, el caso de coronavirus nos ha pillado con las defensas bajas, pensando que aquí nunca nos iba a pasar nada, lo que nos ha llevado a no tener una reacción rápida. Estas cosas ocurren una vez cada diez años, pero mira los efectos.

«El caso de coronavirus nos ha pillado con las defensas bajas, pensando que aquí nunca nos iba a pasar nada, lo que nos ha llevado a no tener una reacción rápida»

- ¿Cuál es el origen de esta pandemia?

- El caso de los coronavirus son muy comunes en vertebrados, sobre todo están muy presentes en murciélagos, que son sin duda una de las especies más abundantes de mamíferos. Hay pocos grupos de investigadores que los estudien los virus en estos animales, pero ellos saben bien que los murciélagos son hospedadores naturales de muchos virus. No se conoce exactamente cuál es el origen de este coronavirus, pero se sabe que las secuencias de los coronavirus del murciélago son muy parecidas al virus actual, hay una gran homología, así como algunas características de coronavirus de pangolines.

- Parece evidente que no hemos reaccionado bien.

- Es algo que al país le ha pillado de sorpresa, pero está claro que no va a desaparecer de la noche a la mañana y que una vez pasada debemos de reaccionar rápido y bien. Cuando abramos la puerta y salgamos a la calle no vamos a poder tener el mismo tipo de contacto con otras personas hasta que no tengamos inmunidad en la comunidad. Para conseguirla necesitamos tener el suficiente número de personas que hayan sido infectadas y tengan inmunidad o lo que es lo mismo, que cerca del 70% de la población lo hayamos pasado. Eso o tener la vacuna, que llegará como poco dentro de un año o año y medio. Todo lo que sea reducir los contagios y que si nos pasa algo y tengamos que ir al hospital, puedan atendernos lo mejor posible. El que estén saturados no ayudará. Si reducimos el índice de transmisión y contener el número de contagios podremos digerirlo poco a poco.

«Cuando abramos la puerta y salgamos a la calle no vamos a poder tener el mismo tipo de contacto con otras personas hasta que no tengamos una inmunidad en la comunidad»

- ¿Vamos a frenar la curva en el corto plazo?

- Sí, pero ojo, que la gente no se confíe. Que la curva no sea tan apurada no significa que no vaya a haber nuevos casos. Lo que se va a conseguir a finales de esta semana o principios de la siguiente es que en vez de doblar el número de casos cada dos días, los doblemos al principio cada tres, cuatro y cinco días. Supondrá que va a haber más gente infectada, también más gente que se irá curando, pero la velocidad de crecimiento de casos no va a ser tan aguda. Para que la curva empiece a bajar habrá que esperar a finales de abril o principios de mayo.

- Después de la cuarentena, ¿tocará entonces vivir un nuevo periodo en el que habrá que evitar las aglomeraciones?

- Efectivamente, todos sabemos que en verano hace calor, vienen las fiestas, quedamos en las terrazas… A ver cómo se va digiriendo, veremos qué medidas se toman para no infectarnos los unos a los otros. Es un fastidio grande, pero tenemos que ser conscientes si queremos evitar que vuelva a pasar algo parecido a lo que estamos viviendo.

- ¿El calor será un aliado contra el virus?

- Sí, la estructura del coronavirus es un poco más débil que la de otros virus. Tiene membrana en su superficie y requiere hidratación, necesita humedad y sobrevive gracias a ella. Si le robas la humedad porque está en una superficie muy seca o porque hace mucho calor, su capacidad infectiva baja. Eso sí, a pesar del calor seguirá existiendo la posibilidad de contagiarse por contacto directo a través de las pequeñas gotas de saliva entre personas.

«La estructura del coronavirus es un poco más débil que la de otros virus. Tiene membrana en su superficie y requiere hidratación, necesita humedad y tiene capacidad infectiva gracias a ella»

- ¿Se va a avanzar en crear fármacos que puedan paliar de alguna manera la enfermedad?

- Hay algunos que ya están dando resultado. Hay concretamente uno, que es un análogo de nucleótido, parecido a ciertos fármacos usados en el pasado para tratar la hepatitis C. Este fármaco y otros similares actúan como nucleótidos defectuosos. Cuando el virus multiplica su genoma tiene una proteína, una polimerasa que necesita 'ladrillos' para reproducir su genoma. Si podemos introducir piezas defectuosas, se para la replicación.

Hay un antiviral que desarrolla una empresa en Estados Unidos que tiene un gran avance. Esto no va a ser una bala mágica, no va a acabar con el virus, pero si un sanitario o una persona que cuida a alguien con el virus, se espera que tomando ésto no desarrolle la enfermedad. Hay otros fármacos que empiezan a funcionar, uno de ellos es un tratamiento contra la malaria, que inhibe la entrada del virus a la célula y reduce la hiperinflación en las personas graves. Hay que tener mucho cuidado en esperar solventar el problema con la vacuna, hay que usar los antivirales que tenemos ahora porque el problema es el ahora, la gente que ingresa ahora o en un par de semanas. Los fármacos que se están desarrollando pueden ser importantes, pero para la siguiente pandemia, necesitan un desarrollo que llevará años.

- Según las zonas la incidencia es diferente. ¿A qué se debe?

- No se saben todas las causas, pero es evidente que al transmitirse por contagio entre personas por vía respiratoria en contacto con muchas personas incrementa las posibilidades de infectarse. Madrid, Cataluña o el País Vasco son zonas donde se vive un gran tránsito de personas, lo que ha ayudado porque son vías de transporte del virus. Si hubiera aparecido por primera vez en España en León o Zamora se hubise contenido mejor ya que hay un menor movimiento de gente.

- Tenemos claras las medidas que se han tomado por parte de las administraciones y su consecución en el tiempo. Pero, ¿qué habría que haber hecho para contener el virus de forma más contundente?

- Hay dos cuestiones principales. La primera es que si vuelve a pasar algo así y te están avisando, se acabó el fútbol, el baloncesto, los mítines políticos o las manifestaciones, por muy loables que sean. Hay que dejarlo aparte. Tenemos que aprender y eso no puede volver a pasar, no te la puedes jugar. Tiene que haber un plan de contención desde el principio y que se aplique de forma seria. La segunda es que al principio de la crisis es clave tener un sistema diagnóstico puesto a punto, empezando a diagnosticar a la máxima cantidad de personas aislándolas inmediatamente donde tenga lugar el primer caso y al que de positivo, aislarle, así como a sus contactos, hasta estar seguros de que no desarrollan la enfermedad. Además, en zonas como León, es fundamental que se extremen los cuidados a las personas en riesgo. Una residencia de personas mayores es un avispero, en el momento en el que entra el virus el peligro es enorme. Hay que extremar el control de las personas en contacto con ellos. Otro aspecto que deberíamos de copiar de otros países son aplicaciones informáticas que nos permitan saber dónde hay casos de personas infectadas para tratar de extremar las medidas de precaución en ciertos sitios.

«En zonas como León es fundamental que se extremen los cuidados a las personas en riesgo. Una residencia de personas mayores es un avispero, en el momento en el que entra el virus el peligro es enorme»

- Se dice que al no haber tests para todo el mundo, las estadísticas no son fiables. ¿Es así?

- En la situación en la que nos encontramos, para estimar cuántas personas pueden estar infectadas, probablemente habría que multiplicar el número de fallecidos por entre 50 y por 100 para hacerse una idea del número de personas que están o han estado infectadas. quizá incluso más. El diagnóstico tiene un papel esencial para controlar un brote al inicio de la pandemia para aislar infectados y sospechosos. Ahora ayudaría para entender el grado de penetración del virus. No se ha logrado diagnosticar a todo el mundo que podría estar infectado. De todas formas esto cambiará a lo largo de esta semana porque habrá más kits de diagnóstico. La clave es saber cuántas personas han pasado por la enfermedad, ver cuántos lo han superado independientemente de los síntomas. Va a ser muy importante porque será un salvoconducto para saber que puedes tener ya algo de protección frente al virus.

- ¿Qué posibilidad hay de volverse a infectar en caso de haber superado la enfermedad?

- No se sabe todavía, hay algún caso en China que parece que ha desarrollado la enfermedad un mes después de la infección, pero hay que tener cuidado. No se sabe de dónde vino el virus que causó la reinfección. En ocasiones, cuando se habla de que alguien es diagnosticado positivo al virus después de haber dado negativo, puede tratarse de falsos negativos, porque los métodos de diagnóstico empleados hasta ahora miden los restos de material génico que quedan en tu cuerpo, en algún caso puede detectarse restos de material génico del virus tras la batalla. Puede ser también que la muestra fallara o que no se curara del todo. En algún caso puede darse casos en los que la persona que ha pasado la infección no tenga una protección completa y que si se enfrenta a una alta carga viral o a virus ligeramente distintos por haber evolucionado pueda contraer la enfermedad de nuevo, pero lo más probable es que sea más leve.

-¿Aprenderemos a reaccionar o lo damos por imposible?

- Yo tengo esperanza. Mira, en Toral de los Guzmanes, siempre que había una pequeña laguna cuando éramos pequeños la obsesión de los mayores era acabar con ella, aunque hubiera animales. Si vemos la historia de las epidemias en España, hubo campañas fuertes para acabar con el mosquito portador del paludismo, sabían que criaban en pequeñas charcas. Es una conciencia que adquirió la sociedad, que aprendió que era efectivo para luchar contra el parásito. La sociedad aprende, pero se tiene que mirar frente al espejo para ver lo frágil que es.

«Cuando esto pase necesitaremos ocio, ver que el Ademar gana y escuchar que la Cultural lucha por subir a Segunda y lo consigue de nuevo. Es normal, necesitamos algo que nos distraiga, pero nos valdrá para ver que no todo tiene que hacerse por rentabilidad»

Cuando esto pase necesitaremos ocio, ver que el Ademar gana y escuchar que la Cultural lucha por subir a Segunda y lo consigue de nuevo. Es normal, necesitamos algo que nos distraiga, pero nos valdrá para ver que no todo tiene que hacerse por rentabilidad, no todo son números y cuentas y hay que hacer una inversión en el capital que nos proteja contra este tipo de cosas.

Es normal que un futbolista gane dinero si lo genera, pero no lo es el que chavales y chavalas enormemente válidos, que intentan estudiar para tratar enfermedades que nos afectan a todos se las vean y se las deseen por perseguir su sueño. Eso en la sociedad tiene que calar, se tiene que fomentar las empresas que aporten al bien común no por las cuentas, sino porque son buenas para todos. El darse cuenta de que hay una sociedad a la que necesitamos y un bien común más allá de las puertas de nuestra casa nos ayudará a evitar lo que vivimos estos días. Nos van a entrar con el palo, pero nos van a entrar, o más nos vale.

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