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Pilotos, mecánico y miembros del Greim forman un perfecto engranaje. Sandra Santos

Unidad Aérea Guardia Civil

Cuco, el vigía de León

La Guardia Civil celebra el 50 aniversario de su unidad aérea, con presencia en León desde 1990 | David Pereira, José Antonio Alonso y Adrián Crespo son tres de los agentes que vigilan desde las alturas la provincia leonesa

Domingo, 9 de julio 2023, 09:13

Acuden a su trabajo como cualquier otro funcionario, accediendo a la base ubicada en La Virgen del Camino donde un dispositivo reconoce su identidad. Pasan el control y cambian la ropa de «civil» por un mono de aviador que luce las letras Guardia Civil en su espalda mientras que el pecho recoge el escudo del león, insignia de la Unidad Aérea de la Guardia Civil de la provincia.

Mecánico y piloto durante la entrevista para leonoticias en la base aérea de La Virgen del Camino Sandra Santos

El servicio helitransportado de la benemérita está de aniversario. En este mes de junio se ha cumplido medio siglo de vida desde que se creó esta unidad que da apoyo al resto de los guardias civiles en cualquier misión. Una efeméride digna de celebrar con especial énfasis en León donde 'Cuco', el nombre utilizado para referirse al helicóptero de la Guardia Civil, lleva vigilando los cielos desde 1990, un BO-105 que cuenta entre sus engranajes con 40 años de actividad.

Seis pilotos y cuatro mecánicos componen este equipo leonés que funciona con precisión y exactitud, como las partes que componen el aparato. Su día a día se compone de rutinas ejecutadas con rigor con el fin de poder responder a los imprevistos que su labor requiere, entre los que se encuentra realizar rescates, labores humanitarias o vigilancia entre otros.

Mecánicos, el engranaje del helicóptero

Los cuatro mecánicos de la unidad leonesa son los encargados de que la nave esté a punto. El guardia civil José Antonio Alonso es uno de ellos. «Mi primera labor es pasar una inspección técnica diaria que se llama prevuelo. Todos los días tenemos que realizar esa inspección y firmarla en el libro de vuelo del helicóptero. Este tipo de máquinas son antiguas por lo que es necesario un mantenimiento, tenerlas mimadas», destaca.

«Este tipo de máquinas son antiguas, hay que mimarlas»

José Antonio Alonso

Mecánico Unidad Aérea Guardia Civil de León

José Antonio llegó al cuerpo buscando una salida laboral. Él era mecánico de automoción y encontró esa especialidad en el cuerpo. «Pero cuando conocí la existencia del servicio aéreo no tuve dudas de que era mi destino. Dentro del mundo de la mecánica, una aeronave es una maravilla», matiza el agente quien accedió al cuerpo en 1993 para cinco años más tarde realizar el curso de mecánico de aeronaves.

Una profesión que ha llevado a este vallisoletano a diversos destinos. Destinado en diferentes Unidades de Seguridad Ciudadana, realizó una misión Frontex en Cerdeña en 2005 y un curso de supervivencia en el mar de Anzio un año más tarde. «Este tipo de misiones internacionales son importantes porque colaboras con otras unidades que operan con aviones o son marítimas, por lo que aprendes otras formas de trabajar», recalca.

Lo cierto es que gran parte de su vida como mecánico la ha pasado en la base leonesa donde ha visto cómo han cambiado su trabajo. «Cuando llegué a León no existía la base de Asturias por lo que cuando ocurrió el desastre del Prestige fuimos a volar sobre el mar para determinar las manchas de fuel. Este helicóptero no tiene sistema de flotación pero nos metíamos millas dentro del mar para informar», destaca.

Y es que la misión de esta unidad ha ido cambiando y adaptándose a las necesidades de la sociedad. Así, antes de que el servicio sanitario, Sacyl, dispusiera de helicópteros medicalizados era la unidad aérea quien transportaba los órganos para trasplantes. «Venían aquí y teníamos que llevarlos al hospital o al revés, dejamos de hacerlo en fecha bastante reciente», puntualiza.

Pilotos, las palas de la aeronave

Para volar, el helicóptero necesita un empuje vertical que se produce gracias a las palas del rotor, una pieza esencial para sustentar la aeronave, al igual que los pilotos de la formación. El brigada David Pereira y el sargento Adrián Crespo son dos de los seis conductores que componen la unidad leonesa.

La organización y preparación exhaustiva en su trabajo es fundamental para la buena marcha del equipo así como para estar preparados para cualquier misión. Una de sus primeras tareas diarias es realizar un briefing diario con el resto del equipo para conocer la misión ordinaria indicada y estar atentos a si otros agentes precisan de su colaboración. «Lo vistoso es ver la aeronave volar pero hay un gran trabajo detrás, también de formación continua por parte de los pilotos», matiza el brigada quien actualmente es jefe accidental de la unidad leonesa. Es él quien subraya que gran parte de su tiempo lo invierten en consultar manuales, estudiar tipos de vuelos o saber por qué razones se han producido algunos accidentes. «El día que levantes el pie del acelerador del aprendizaje tienes que replantearte tu profesión», señala.

«El día que levantes el pie del acelerador del aprendizaje tienes que replantearte tu profesión»

David Pereira

Piloto Unidad Aérea Guardia Civil de León

Pereira está vinculado al modelo de helicóptero que ahora pilota desde que tenía 13 años cuando quedo impresionado por el accidente que un modelo igual sufrió en su pueblo, en Robledo de la Valdoncina. «Quién me iba a decir que años después yo pilotaría en León y el mismo modelo», acentúa. Desde entonces su currículum se ha llenado de misiones internacionales y de cursos que le certifican como un estupendo profesional. Además de en la Unidad de Vuelo de León también estuvo en el GRS de A Coruña, con quienes se desplazó a la misión internacional de Kosovo.

Conocido fuera y dentro de la provincia por su forma de pilotar ágil y certera, guarda en su trayectoria rescates arriesgados en los que el helicóptero logró acceder a lugares complicados como en el cañón de la Ruta del Cares. «Lo más vistoso no siempre es lo más difícil, la Ruta del Cares por ejemplo es complicada por la pericia de meter el helicóptero pero hay otros vuelos que parecen sencillos y por el viento, que interactúa con el aparato, se hace más complicado», puntualiza.

Inyectores del helicóptero, las misiones a realizar

Precisamente los rescates en montaña son gran parte de su labor diaria. Para ello trabajan de manera estrecha con el Grupo de Rescate de Montaña, GREIM de Sabero con quienes comparten trabajo y entrenamiento para estar preparados ante cualquier adversidad.

«Tenemos que estar en plena simbiosis, simplemente con una mirada yo sé si el compañero de montaña está listo para subir. Además que se verifican las zonas más probables de rescate», especifica el brigada.

El sargento Enrique Ferrero y su compañero Roberto Aguado son dos de los agentes que acuden a la base de La Virgen del Camino para volar a Sabero y entrenar los descensos, aterrizajes y posibles rescates. Señalan el incremento de salvamentos que realizan y la importancia de colaborar entre ellos para que la persona llegue a buen puerto.

Mientras el sargento Adrián Crespo realiza un tipo de vuelo más tranquilo que el del brigada explican que su satisfacción es ayudar a las personas y reconocen que estar tranquilos ante el nerviosismo del rescatado es fundamental. «Nosotros estamos acostumbrados al ruido del helicóptero pero la persona no, y además está nerviosa. Sabemos que el helicóptero va a aterrizar en el punto exacto pero el rescatado se puede asustar por eso le ayudamos, le resguardamos, le impedimos que se desorienten y vayan por detrás, por el rotor de cola y les asistimos», explican.

Acompañados de una mochila, los miembros del Greim llevan dentro material necesario para asistir y auxiliar a la persona perdida así como para indicar al helicóptero donde se encuentran en lugares tan escarpados como Picos de Europa.

El futuro de la unidad, EC-135

Pero además de las misiones humanitarias, entre las que se incluye la búsqueda de personas desaparecidas, la unidad aérea realiza otras muchas como protección a la naturaleza, vigilancia contra incendios o la seguridad ciudadana preventiva entre otras muchas.

«La confianza entre todos los agentes es fundamental»

David Pereira

Piloto Unidad Aérea de León

Para ello el equipo necesita confianza, que se basa en el trabajo personal y de cuidado de la aeronave que cuenta ya con más de cuatro décadas. Por esa razón, en fechas próximas el BO-105 que pilotan será sustituido por el helicóptero EC-135. Una máquina conocida para el sargento Adrián Crespo, natural de León, quien ha estado destinado en el Grupo de Helicópteros de Madrid donde pilotaba, precisamente, el mismo modelo.

De este modo, Cuco seguirá sobrevolando la provincia de León. Lo hará a pesar de las inclemencias del tiempo «forzamos lo posible, sobre todo en misiones humanitarias, para rescatar a las personas», afirman. El viento, la lluvia y la niebla no son un impedimento para esta unidad quen seguirá levantando el vuelo para ser una de las caras amables de la Guardia Civil, la encargada de rescates, búsquedas o ayuda a otras unidades en diferentes tareas.

Una unidad área de cumpleaños que celebra, por todo lo alto, su medio siglo de vuelo.

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