Uno de cada cuatro leoneses tiene riesgo de sufrir un ictus a lo largo de su vida

El acto, que ha contado con la presencia del consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, se centra en la atención precoz y la coordinación entre los diferentes profesionales que intervienen para mejorar la asistencia a los pacientes.

Como recordaba Vázquez, el ictus va más allá del propio diagnóstico, dejando importantes secuelas en uno de cada tres pacientes y causando discapacidades u otras enfermedades asociadas.

En un territorio disperso como Castilla y León, el objetivo que se marcan desde la consejería es «que todos los pacientes cuenten con el mejor tratamiento». Así, el principal reto es «coordinar los servicios de emergencias, atención primaria, urgencias hospitalarias y los servicios que intervienen dentro del propio complejo para evitar secuelas de mortalidad y demás daños».

El 70% de los ingresos que se producen en las undiades de neurología o medicina interna de los hospitales de la comunidad responden a ictus. El gasto asociado a cada paciente, explica el consejero, tanto en su ingreso como en su tratamiento posterior para la recuperación alcanza los 30.000 euros anuales.

Una enfermedad que requiere una respuesta rápida, unitaria y conforme que en León da los primeros avances para mejorar en su asistencia.