Crespo, el preso fugado, entró por primera vez en prisión con 21 años y huye de la mano de su novia

'Crespo', como era conocido en el interior de la prisión leonesa, entró por primera vez en prisión en 2003 siempre y lo hizo por delitos considerados 'menores': robos y agresiones.

Desde entonces ha mantenido y larga trayectoria delictiva, igualmente vinculada al menudeo con droga, que le ha llevado hasta su fuga el pasado martes cuando participaba en las labores de limpieza del cementerio de Mansilla de las Mulas.

«Es verdad que puede parecer una persona violenta por su presencia y su aspecto físico pero el comportamiento en la prisión solo se podía destacar en positivo», aseguran los funcionarios de prisiones que le trataban en su día a día.

Prisiones y la Guardia Civil mantienen como líneas de trabajo la posibilidad de que en la fuga participe su novia, una interna perteneciente al módulo 7 actualmente de permiso y a la que aún no le correspondía regresar a la cárcel.

A la espera de acontecimientos la certeza en las fuerzas de seguridad es que «antes o después caerán». Una certeza que remarcan se sustenta en los descuidos que van dejando durante su fuga y que marcan sus pretensiones. «Vamos por detrás, pero vamos más rápido que ellos», han asegurado a leonoticias.

De momento y bajo la lluvia la vigilancia se multiplica y siempre con la certeza de que pueden «asomar la cabeza» en cualquier lugar como lo hicieron en la localidad de Puente Villarente. Allí en la jornada del miércoles los dos fugados fueron reconocidos en el bar 'El Mesón'. La propietaria dio aviso a la Guardia Civil pero al llegar ya ha habían abandonado la zona.

La investigación concluye que la distancia entre Mansilla y León capital fue recorrida a pie, principalmente durante la noche, y sin acercarse -salvo en el caso ya apuntado- a las zonas más habitadas.

El robo de un coche a un octogenario es el último episodio en una fuga que, por el momento, no es calificada como de alto riesgo.