La covid-19 deja huérfana a la Inmaculada

Este 8 de diciembre la corporación municipal no marchará hasta el convento de las Madres Concepcionistas para cumplir con unas de las tradiciones más arraigadas en la ciudad de León.

La covid-19 también ha suspendido el homenaje a la Inmaculada Concepción que el corregimiento municipal lleva haciendo en la capital desde 1656.

La eucaristía, con los cantos de las monjas de clausura, y en una iglesia abarrotada tendrá que esperar a otras condiciones para volver a celebrarse.

Otro rincón que quedará huérfano serán las escalerillas de la plaza Mayor. Allí, cada año, y así lleva siendo desde la Guerra de la Independencia, se encuentran unos cuantos devotos de la virgen para homenajear a la Virgen Inmaculada. Su pequeño altar, junto al Benito, se restauró en 1981.

León perderá así la oportunidad de celebrar en la calle una festividad que aguarda cada año, de forma secular, para anunciar la advocación de la ciudad por la Inmaculada y una época navideña que está a punto de llegar.

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