«La Covid nos separó, pero les veo en la pantalla»

Sin embargo, esta herramienta son está al alcance del conocimiento de todos. La brecha digital, así como la generacional, son factores de gran importancia. Respecto a la segunda, la Fundación de Cibervoluntarios ha aportado su granito de arena para favorecer a su erradicación con la formación de más de 2.000 personas durante el año 2020.

En concreto, en el caso de León, durante el año de la pandemia han dirigido numerosas actividades dirigidas a diferentes colectivos, personas mayores, estudiantes y mujeres de ámbito rural en la provincia. En total, se han formado a cerca de 850 personas gracias a la colaboración con 11 entidades diferentes de ámbito local, en un total de 56 actividades formativas en León durante el 2020 y lo que ha avanzado de 2021.

Celia Samprón tiene 70 años y se apuntó al curso que la Asociación Alzheimer Bierzo ofreció en Villafranca del Bierzo con el objetivo de «conocer mejor las nuevas tecnologías», tal y como ella misma asegura, ahora con mayor seguridad, pues «hay que tener cuidado porque hay piratas que quieren hackearte». Ahora, se siente mucho más cómoda a la hora de usar «Facebook, Whatsapp, la web del Ayuntamiento o la aplicación de Sacyl».

Sin embargo, hay una cosa que ella asegura que le ha cambiado la vida: «He aprendido a hacer videollamadas y eso ha mejorado mucho mi vida. La pandemia me separó de mis hijos y mis nietos, pero ahora puedo verlos en la pantalla», asegura emocionada, garantizando que eso le animó a salir adelante: «Nos ayudó mucho a superar la ansiedad que nos causaba la Covid. No es lo mismo verlos en la pantalla que físicamente, pero mantienes la esencia de la relación y al menos los ves».

Angustias es de Cabañas de la Dormiña, un pequeño pueblo del Ayuntamiento de Cubillo del Sil. Tiene 69 años y se apuntó al curso porque «tenía móvil, pero no lo entendía». Para ella, el curso ha sido una gran zambullida al mundo paralelo que ofrece Internet, pues como ella misma afirma, «me encanta buscar información en Google o descargar aplicaciones».

«Ahora estoy muy contenta, puedo navegar y buscar cosas. También he aprendido a mandar Whatsapps. No tengo WiFi en casa, pero con el móvil puedo ver hasta la casa de mi hermano en Galicia», afirma entre risas, tras reconocer que llevaba años usando su móvil como un teléfono fijo, solo para hacer o recibir llamadas. «También las videollamadas han sido importantes. Tengo un hijo en León que tiene miedo porque somos mayores, entonces nos vemos mucho con las videollamadas».