La alarma por el coronavirus no es solo sanitaria. Desde hace días, las empresas leonesas que importan desde China, núcleo de la propagación del virus, están teniendo problemas con el suministro en sus empresas. Estas es la otra cara de un problema mundial que está ... afectando a la salud y que tiene su repercusión directa en la economía.
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«No está saliendo nada de allí. El puerto de Shanghái está lleno de cargueros esperando», confirma a leonoticias el propietario leonés de una empresa que comercia con maquinaria de automoción y que trae sus productos desde el gigante asiático.
Él es uno de los muchos que están padeciendo la crisis del coronavirus, la cual empieza a repercutir en la economía mundial. «Tenía preparada una mercancía para salir de China a primeros de febrero, me la retrasaron hasta el 10, luego al 17, y luego al 28... Entremedias, contactamos con gente de allí y veíamos las imágenes». En esas imágenes pudo ver cómo en un lugar a 1.600 kilómetros de Wuhan (provincia donde empezó a brotar el Covid-19) se encontraban las fábricas paradas y sus trabajadores en casa. «Nos decían que tenían la orden de tener todo parado hasta el 28 de febrero; no podían mover la mercancía por orden del Gobierno».
Al menos este empresario tuvo fortuna de tener encargada la mercancía antes de que estallase la propagación del virus. Ese le permitirá recibir algo dentro de un mes. Sin embargo, otras empresas pueden verse abocadas a un problema de desabastecimiento mucho más grave si tratan ahora de hacer sus encargos. A las retenciones en el puerto se suma el mes que tarda en llegar el material desde China a los puertos españoles.
En la provincia de León, los principales problemas de suministro lo empiezan a sufrir las distribuidoras de productos informáticos y las de automatización. Aunque se espera que con el paso de los días «todas las empresas que fabrican productos y sus distribuidores tengan problemas en algún porcentaje».
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De la situación ya se están aprovechando, según cuentan estos clientes a leonoticias, los intermediarios y almacenistas, que están elevando el precio de salida de su stock ante la falta de mercancías, lo que eleva los costes de producción de las empresas.
A todo este contexto se debe sumar la desconfianza que puedan generar en la sociedad los productos importados desde el país asiátiaco.
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