Isabel Carrasco fue asesinada el 12 de mayo de 2014. En aquella jornada Montserrat González disparó sobre la entonces presidenta de la Diputación hasta en cuatro ocasiones: «La iba a matar. Eso como hay dios. Lo he dicho y lo diré toda mi ... vida: esa ya no iba a beber más agua», confesó después.
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Aquel crimen, terrible, evitó que los leoneses pudieran ver una escena que entonces parecía inimaginable, la presidenta de la institución provincial, poderosa, intratable y vengativa, rodeada de ajentes de la UCO y esposada en el interior de un coche de la Guardia Civil.
A eso estaba destinada, eso le esperaba. Habría ocurrido cinco meses más tarde porque el corazón de la Púnica, una red para pagar con dinero público reputación personal, latía en su interior.
Finalmente en la foto solo salió su segundo, Marcos Martínez, un alcalde aclamado en su municipio, un tipo afable y servicial, al que la propia presidenta arrastró hacia el cuarto en el que se encontraban sus demonios.
Isabel Carrasco entró de lleno en la Púnica tal cual era ella, a tumba abierta y sin complejos. Desde hacía muchos meses tenía en el punto de mira a leonoticias, un medio que se había vuelto incómodo para ella y al que nunca había logrado doblegar.
De nada le había servido retirar la publicidad institucional a este medio, presionar hasta el infinito, reunirse con sus accionistas para anunciar una lluvia de desdichas sobre el medio y enviar mensajes finalistas a la redacción.
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Ella, que había hecho todo lo posible y lo imposible por acabar con la prensa que escapaba a su control, acabó entrando en erupción como un volcán cuando se publicó el 'caso kilometrajes', una comprometida información que evidenciaba que Carrasco -con hasta 13 cargos y 12 sueldos- había decidido cobrar kilometrajes cuando se desplazaba con el coche oficial de la Diputación a asuntos que nada tenían que ver con esta institución.
En sus cuentas (150.000 euros, cerca de 200.000 con dietas) era una nimiedad pero tenía un alcance nacional que la hacía perder los estribos y mucho más cuando se lo recordaban. Carrasco llegó a denunciar al medio para frenar la difusión de esta información, pero tampoco lo logró.
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Fue de aquel estado de furia donde la semilla de la Púnica comenzó a crecer en León. Isabel Carrasco dominaba a la totalidad de los medios locales con la publicidad institucional, que pagaba discrecionalmente, sin atenerse a las audiencias y sin complejos ni ruborizarse. «No se puede dar dinero a quien encima te trata mal», llegó a comentar. Y así era.
Pero leonoticias, principalmente, era demasiado incómodo. Tanto que «este panfleto, porque no se puede llamar periódico, un periódico es otra cosa», se convirtió en una obsesión y a sus oídos comenzó a llegar la inquietud del PP nacional «por lo que está ocurriendo en internet».
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Y lo que ocurría en internet es que los buscadores respondían a las consultas sobre sus personas con informaciones de leonoticias e Interviú, esencialmente, además de alguna aislada publicada por el diario El País.
En la sala
Fue en ese instante cuando decidió contactar con Alejandro De Pedro, responsable de Eico y vinculado a Madiva, y con él tejió a golpe de talonario una estrategia reputacional con la que laminar las noticias de los medios más controvertidos ya que el resto estaban 'silenciados'.
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Allí se comenzaron a cocinar noticias positivas para Carrasco, se armó una red de periódicos digitales con el único objeto de crecer en las búsquedas de Google y hundir noticias que se entendían como críticas. Incluso se llegó a proyectar la compra de periodistas para medios considerados afines, un periodista para los periódicos de la Púnica, otro para el Diario de León. 3.000 euros mensuales, en total.
Y la estrategia comenzó a dar sus frutos. Cada puesto ganado en Google tenía un coste millonario para las arcas públicas, pero a ella eso le daba igual, la 'fiesta' corría por cuenta de otros. La dinámica solo tuvo fin cuando ella había sufrido un terrible atentado personal y cuando su relevo natural, Marcos Martinez, la tomó el testigo en la Diputación.
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Fue el 27 de octubre de 2014 cuando los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil entraron en la Diputación buscando al responsable de todo aquello pero Isabel Carrasco ya solo era un duro recuerdo institucional y su sustituto asumía aquella dura herencia.
Hoy, durante el juicio por la operación Púnica que se sigue en la Audiencia Nacional (y que no regresará hasta el próximo día 15), se evidencian aquellas estrategias que se aprecian mucho más tibias separadas por casi una década .
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Ahora se prueba que las empresas de De Pedro utilizaban sus diarios 'zombies' para mitigar las noticias negativas, además de crear blogs como NoticiasPolíticas, PolíticaDigital, PPDigital o TwitterosPP para generar 'url' que poder usar en el posicionamiento en internet.
«Martínez, tras el fallecimiento de Isabel Carrasco, necesitaba consolidarse en su puesto como presidente de la Diputación. Y, por esa razón, tenía intención de mejorar su reputación online», añade la UCO en sus investigaciones.
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Puede que fuera así pero lo suyo solo era el fruto de una trama urdida personalmente por Isabel Carrasco.
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