Al fin, buenas noticias. La 'tercera ola' cuya altura, extensión y profundidad ha superado todas las previsiones iniciales, deja ver síntomas de que pierde impulso en la provincia de León.
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Su caída no será inmediata ni altamente pronunciada pero lo que hoy sí es ... evidente es que, de mantenerse la evolución en los datos, mantendrá un lento y paulatino proceso de pérdida en su fuerza.
La evidencia se deja ver tras caer la 'tasa de reproducción' al 0,85 después de semanas en las que ha llegado al 1,90 y ha amenazado con estar por encima de 2, un registro que hubiera resultado fatal en la tasa de contagio.
El número 'R' es clave en el desarrollo de la pandemia y su posición por debajo de '1' después de semanas disparado evidencia que el nuevo brote está bajo control e irá desapareciendo de forma paulatina.
En detalle
Melchor Sáiz-Pardo
Álvaro Soto
Ese número R es el número reproductivo de una enfermedad infecciosa, y básicamente indica a cuánta gente puede contagiar una persona infectada. En las enfermedades altamente contagiosas, como el sarampión, la cifra puede tener un valor cercano al 18 pero para el Covid-19 se estima que todo lo que supere el '1' obliga a encender las señales de alarma.
Además ofrece una evaluación rápida sobre el grado de control que se tiene sobre el brote. Si su valor es superior a 1 la enfermedad se está expandiendo. Y si es inferior, quiere decir que el brote decae aunque su efecto sea más pausado de lo previsible.
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León se mantiene ahora en el 0,85 pero siendo esa una buena noticia no es la única variable que debe estar bajo análisis. La tasa de incidencia cumulada presenta una tendencia a la baja pero aún sigue en los 642 casos por cien mil habitantes.
En corto
os próximos días serán determinantes para conseguir frenar por completo el avance de esta tercera ola. Un reto que parece próximo pero que no invita a caer en el triunfalismo: «Habrá una cuarta ola, una quinta y una sexta».
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Y el razonamiento no admite mucha discusión. A mayor actividad social y relación personal, más movimiento del virus en busca de huéspedes y por extensión reinicio de la actividad vírica y de sus consecuencias. Un escenario que solo se corregirá, de forma definitiva, cuando la vacuna propicie la anhelada 'inmunidad de rebaño'.
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