Comienzan las obras para levantar la biorefinería de Barcial del Barco, que obtendrá de León el 60% de la materia prima

Cumpliendo las estimaciones, los promotores fueron testigos del comienzo de las obras en la localidad zamorana. El objetivo de la infraestructura no es otro que obtener bioetanol, un compuesto actual de la gasolina que esperan que también se utilice para la creación de diversos materiales plásticos, a partir de la remolacha y el maíz. Brasil es el ejemplo de que la idea triunfa. Una vez comenzadas las obras, la idea es tenerlo todo para empezar 21 meses después.

El proyecto ha supuesto una ola de esperanza en la Región Leonesa, castigada y enclavada en la llamada España Vaciada, tan denostada por propios como sobre todo por extraños.

Magdala es la empresa que impulsa esta idea. Tras conseguir durante los últimos tiempos el apoyo de 140 ayuntamientos de Zamora, León y Salamanca, el proyecto recibió 167 millones de financiación privada y el apoyo claro e inequívoco de la Comisión Europea. Según señala Vicente Merino, será una multinacional del continente asiático quien compre la producción de los diez primeros años.

Y para producirla, la biorrefinaría se fijará en la provincia leonesa. De aquí saldrá el 60% de la materia prima verde con la que crear el etanol. El promotor calcula que, al año, se necesitarán 7.000 hectáreas al año de remolacha y 15.000 de maíz.

Sin duda la remolacha es clave en este proceso. Con una superficie de 7.000 hectáreas es suficiente para alcanzar los números señalados anteriormente, y en la provincia de León estas cifras son más que asumibles.

En el horizonte está la construcción de la segunda planta. La Robla se postula como lugar predilecto para ello, en una instalación que recibiría materia prima del Páramo Alto, Payuelos y lo existente en un radio de 50 kilómetros, como ocurrirá con la de Barcial del Barco.

Vicente Merino destaca el gran ejemplo de economía circular que supondrá la planta. «Se logra la eficiencia ambiental, porque ahora las que obtienen bioetanol, como la de Babilafuente en Salamanca, necesitan más hectáreas al utilizar cereal para llegar a los mismos resultados». La base estará en competir por el coste de oportunidad del producto.

Magala espera generar en la construcción de la planta un total de 250 empleos directos y 500 indirectos, mientras que una vez esté puesta en marcha alcancen 180 puestos en el polígono verde anexo a la Biorrefinería y 2.000 indirectos.

«Hay que destacar que la industria va a trabajar todo el año y que cuando esté desarrollado el plan industrial completo, el potencial de empleo se estima en unos 500 puestos de trabajo directos (en los dos polígonos verdes) y 5.000 indirectos», señala Merino.

Además, el mismo se podrá vincular con la producción de vehículos híbridos a medida que se consolida el consumo de gasolina con un 10% de etanol en mezcla (E 10).

El salvavidas verde de la España Vaciada empieza a soñar con el futuro. Paso a paso, con prudencia, en un horizonte marcado por la ecología.