Comerciantes y vecinos del Húmedo piden una oficina bancaria para el barrio

A finales del pasado mes de marzo, llegó la noticia que confirmaba sus sospechas: la única oficina bancaria del barrio, del Banco de Santander, situada en la calle Pozo y que llevaba cerrada desde un año atrás, cuando la pandemia dio su primer golpe, no iba a reabrir. «El sentimiento no fue tanto de sorpresa como de decepción», afirman.

Mediante un comunicado, solicitan que alguna entidad bancaria tome el relevo, en el local cerrado o en otro cercano, y poder recuperar un servicio muy útil tanto para los comerciantes —que la usaban para ingresar sus ganancias y cambiar monedas por billetes y viceversa—, como para los vecinos —en especial la población de mayor edad y menor movilidad, que, de mantener cuenta en el mismo banco, ahora tiene que desplazarse a las oficinas de Ordoño II—, y los turistas, en una zona con alta presencia hostelera, donde pagar con tarjeta no siempre es una opción.

En su defecto, aunque su utilidad sería menor pues no sería posible el cambio de billetes y monedas, un cajero automático, que permita la realización de ingresos además de todas las operaciones comunes, «sería también bienvenido».

Consideran que también habría beneficio para la entidad que diese el paso de abrir una oficina bancaria próxima, pues ganaría clientes, en detrimento del banco que «ha decidido darnos la espalda».