Cómo combatir psicológicamente la crisis del coronavirus

Además, explica que los hábitos están cambiando, «pero todavía no sabemos cómo hacer frente a la situación que seguramente se nos avecina, teniendo como referente a Italia. La mayoría de nosotros nunca hemos tenido que estar encerrados en casa y aislados sin estar enfermos. Nuestra vida cotidiana ya está cambiando y no sabemos exactamente cómo va a ser de aquí a unos días».

La emoción más común por la que estamos pasando es de incredulidad ante lo que está aconteciendo. También puede haber emociones de enfado, para los que creen que las medidas no han sido hasta ahora suficientes, para los que las consideran, por el contrario, exageradas, para los que se han sentido engañados, para los que se indignan con la gente que aprovecha la situación para delinquir o generar bulos. Enfado también para lo frustrante que es ver cómo nuestra economía se va a ver seriamente perjudicada o tenemos que renunciar a nuestros planes a corto y medio plazo.

En lo que sí se muestra clara Isabel Álvarez es en que «la emoción más común es la de miedo. El miedo es una emoción universal que se produce ante una amenaza. El miedo nos prepara para la huida o el ataque, es decir, ayuda a protegernos. Pero ante una situación a la que no nos hemos enfrentado nunca anteriormente, se suma la inexperiencia y la incertidumbre, aumentando la sensación de falta de control. Este miedo, mal gestionado nos puede llevar a tener conductas irracionales, a bloquearnos e incluso no distinguir lo real de lo imaginario».

El primer paso, después de este shock y del bombardeo informativo es ir seleccionando y ordenando en nuestra mente toda la saturación de información que nos está llegando. Después habrá una progresiva aceptación de la situación. Nos organizaremos y adaptaremos a la nueva situación y esto hará que vaya disminuyendo la emoción de miedo. Pero para que esta secuencia ocurra debemos gestionar nuestras emociones adecuadamente, que no nos desborden.

«Un fenómeno psicosocial que estamos experimentando es el contagio mental o pánico colectivo. No solo se contagian los virus, 'el miedo también se contagia'. Si los demás muestran preocupación y miedo es que algo es peligroso y hay que preocuparse es lo que pensamos cuando los que nos rodean lo hacen» explica la psicóloga.

Otro fenómeno psicológico bastante común que estamos viviendo según Isabel Álvarez es la obsesividad. Tener pensamientos obsesivos o rumiaciones de preocupación es algo que estoy observando en estos días. Ansiedad, problemas de concentración e incluso dificultades para disfrutar o para dormir son otros síntomas de los pensamientos obsesivos. Cuando una persona no se puede «sacar algo de la cabeza» generalmente tiene conductas que alimentan esos pensamientos: buscar noticias relacionadas con su preocupación, focalizar la atención hacia aquello que justifica nuestro miedo (ves, ya hay miles de contagiados, a una amiga de mi amiga le han detectado el coronavirus, ya no hay camas en la UCI, etc…). En otras ocasiones lo que hacemos es evitar tener pensamientos negativos sobre nuestros temores, de ahí que se esté utilizando tanto el sentido del humor.

En cualquier caso, hay que fomentar las conductas que reduzcan nuestra ansiedad y desarrollar aquellas que nos protejan a nosotros, a nuestros seres cercanos y a la sociedad. Es momento de ser solidarios y aprovechar esta crisis para desarrollar estrategias de adaptación, de control emocional y probar nuevas opciones, como puede ser el teletrabajo.

Por eso, esta psicóloga leonesa, propone unas recomendaciones para sobrellevar mejor esta nueva situación:

Si no estás infectado por el virus:

- Estar informado es bueno, pero la sobreinformación nos confunde y fomenta la obsesividad y sensación de angustia, así que hay que seleccionar los medios que nos van a informar y dedicarle solamente unos minutos al día.

- Evita hablar constantemente del tema, y por supuesto no difundas lo que creas que pueda ser un bulo o información poco rigurosa.

- En general, tener limitados al mínimo el contacto con otras personas. Quedarse en casa es lo más recomendable por el momento y salir solo si es imprescindible, manteniendo la distancia y la higiene.

- Hacer un listado de todas aquellas actividades gratificantes que podemos hacer en casa y que nos pueden distraer y relajar.

- Ser creativos para poder trabajar adaptados a las circunstancias o si no se puede aprovechar para hacer cosas que siempre se nos quedan pendientes por falta de tiempo: jugar con nuestros hijos, leer, reorganizar la casa, contactar por teléfono con amistades que teníamos un poco descuidadas, etc…

- Piensa que si eres una persona joven y sana lo más probable que ocurra si te contagias es que tengas unos días de malestar, que pasarán. Si eres persona de más riesgo aíslate para protegerte.

- Acepta y comparte tus emociones con los que creas que te pueden comprender y calmar cuando te notes muy preocupado y ansioso.

- Protege a los más pequeños. No les ocultes información, pero evita que se informen por su cuenta o vean las noticias. Explícaselo de forma clara, concisa, tranquilizadora y adaptada a su edad. Transmíteles seguridad.

- Utiliza las técnicas de relajación que conozcas; el mindfulness o atención plena es de gran ayuda. Dedica tiempo a actividades distractoras y al autocuidado.

- Si te encuentras muy desbordado, obsesivo y angustiado, contacta con un psicólogo sanitario. Pide cita on-line o telefónica para que te atienda y empieces a sentirte mejor.

Si estás infectado por el coronavirus:

- No te pongas en lo peor anticipadamente. Piensa que la mayoría de las personas se están curando.

- Pide ayuda de forma adecuada. Según las indicaciones de los sanitarios es mejor ser prudente avisando por teléfono de la situación y siguiendo sus recomendaciones.

- Se solidario para no contagiar. Cuídate y aíslate salvo que te indiquen lo contrario los sanitarios con los que hayas contactado.

Nuestra resiliencia hará que superemos con éxito esta situación nueva para nosotros. Si te encuentras disrregulado, con sensación de angustia, te cuesta concentrarte o descansar puedes contactar con un psicólogo con registro sanitario y colegiado que te podrá ayudar.

En Masvital Psicología cuentan con estos profesionales. Son especialistas en trastornos de ansiedad y depresivos, duelo y pérdidas y trastornos de la alimentación. Ceuntan además con el apoyo de las nuevas tecnologías, como la terapia con realidad virtual. También imparten cursos de técnicas de estudio y charlas y conferencias.

En Masvital Psicología, sus psicólogos en León pueden ayudar en su consulta del centro o en su consulta on-line. Ofrecen una primera consulta informativa gratuita.