El colorido del Corpus Chico llena a León de luz

El color y la belleza del Corpus Chico se han impuesto en este domingo nublado en la ciudad de León. La luminosidad de esta fiesta, declarada de Interés Turístico de Castilla y León, ha vuelto a lucir en un día en el que el céntrico barrio de San Martín se ha llenado de colorido y flores para presenciar este particular festejo.

Los centenares de leoneses que, pese a ser un domingo electoral y con otros eventos como el Natalicio del Águila, quisieron presenciar esta colorida procesión, aguardaron a las puertas de la parroquia de San Martín. La eucaristía abría los actos de este Corpus Chico para, a las 12:00 horas, iniciar esta visual procesión.

Los primeros sonidos de cornetas y tambores guiaban a la procesión por el corazón de León, con las flores y los niños como protagonistas. A primera hora de la mañana, antes de la eucaristía, los hermanos de la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz habían acudido a la Diana Floreada por las calles del Barrio de San Martín.

Es una procesión diferente, especial, en la que los niños que recientemente han hecho la Primera Comunión, son los encargados de llenar de colorido el barrio de San Martín. Distintas paradas en el recorrido de la comitiva, en los diferentes altares que Minerva decoró previamente, son los grandes puntos de interés. El párroco de San Martín acompañó estos instantes con un rezo el momento de solemnidad al que todos los leoneses se unieron.

Está organizada por la Real Cofradía del Santísimo Sacramento de Minerva y la Santa Vera Cruz, fundada en 1612, y a la que en el siglo XVI la bula del papa Pablo III les otorgó el encargo de dignificar la veneración al Santísimo.

La fiesta llegó a perderse, fue recuperada en el año 1937 e impulsada desde entonces. La puesta a hombros del paso del Santísimo, que partía de 23 braceros y ronda ahora los 150, la ampliación del recorrido al barrio del Mercado (en el 400 aniversario de la fundación de la cofradía), la cesión en dos ocasiones de la custodia de Enrique de Arfe, propiedad del Ayuntamiento de Sahagún, o la recuperación de la Pendoneta del Santísimo son ejemplos de ese crecimiento.

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